Mucha de la geología es pura especulación y por lo tanto descansa sobre la misma base que la filosofía, o tiene que ser aceptada por medio de la fe, como las verdades de la teología. No tendremos ninguna discusión con esto puesto que algunas verdades están más allá de las demostraciones científicas.
Hasta los comienzos del último siglo los geólogos aceptaron el Diluvio bíblico como un hecho histórico y estaban de acuerdo que muchos de los fenómenos naturales en y sobre la superficie de la corteza terrestre se debían a este cataclismo mundial. Pero el racionalismo apareció poco a poco y se propagó a través de Europa y el resto del occidente, y afectó a todas las fases de la vida intelectual, como ser la teología, las ciencias , la filosofía, la literatura y aun la educación. El razonamiento humano llegó a ser la medida para todas las cosas.
En biología, el racionalismo trajo el avivamiento de la antigua teoría griega de la evolución como un explicación del origen de la vida que se encuentra en el universo. Por lo tanto las narraciones bíblicas de la Creación y el Diluvio fueron desechadas como inaceptables. Y sin embargo, la geología moderna y otras ciencias han contribuido mucho, sin desearlo, a la confirmación de la narración bíblica del Diluvio.
La primera de estas pruebas es lo que los geólogos llaman "rubble drift y grietas osíferas". "Rubble drift"significa cierto tipo de depósito o sedimento que consiste de un material macizo, angular y desplegado, depositado desordenadamente en "bolsillos", locales y lugares de desagüe, generalmente llenos de huesos despedazados. Grietas osíferas significan grandes grietas o rajaduras en la tierra que fueron formadas por medio de alguna convulsión violenta de la superficie de la tierra.
Se han hallado tales grietas midiendo de 45 a 100 metros de profundidad, llenas de despojos que llegaron allí poco después que fueron abiertas. Tales grietas se han encontrado en Inglaterra, Francia, el sur de España, Alemania, Rusia y otros lugares. Están llenas de los restos de animales, entre ellos los del elefante, rinoceronte, el hipopótamo, el reno, el caballo, el puerco y el buey. Los huesos no pueden ser de animales que cayeron allí vivos o fueron allí enterrados, porque ningún esqueleto está completo. No pueden haber sido llevados allí por ríos o arroyos, porque al examinarlos no mostraban ninguna seña de haber sido rodados. Tampoco pudieron haber quedado a la intemperie por mucho tiempo, porque no tienen ningún indicio de ello. Que el agua tuvo algo que ver en esto está indicado por la cementación en general de los huesos por el carbonato de calcio.
Geólogos competentes tales como Prestwich han observado que estas grietas osíferas se hallan generalmente sobre cerros aislados de bastante altura, lugares donde podríamos esperar que los animales huyeran de un diluvio que se avecinaba. Huyendo de terror y perseguidos por el mismo peligro, el carnívoro y el herbívoro encontraron aquí una sepultura común bajo el agua. En Borgoña, Francia, una grieta cerca de la cima de un cerro está llena de esqueletos de animales. Ningún esqueleto está completo, los huesos están quebrados, en montones desordenados, y son de animales que generalmente no se hallan juntos, osos, lobos, caballos y bueyes.
En la pequeña y aislada isla de Cerigo, cerca de Corfú (Grecia), hay un depósito de fósiles denominado "la montaña de huesos". Tiene una milla de circunferencia en su base, y desde la base hasta la cúspide está cubierta de huesos.
En Gibraltar existen ciertas grietas a distintas alturas. La más alta está a casi 400 metros, y en ella se han hallado implementos hechos por le hombre.
En una cavidad de los lechos calcáreos de las etapas de Rusia se hallaron 4.500 huesos de osos juntos con restos de miembros de la familia del gato, hienas, caballos, jabalís, mamuts, rinocerontes, y venados, juntamente con los restos de numerosos insectívoros y roedores, como ser liebres, nutrias, garduñas, además de lobos y zorros.
En un pueblecito cerca de Brunnswick en Alemania, una colección de colmillos, dientes y huesos fueron hallados amontonados juntos y embutidos en marga diluviana. En este depósito se hallaron once colmillos de elefantes, de casi 4 metros de largo. Mezclados con éstos habían huesos y dientes del rinoceronte, el caballo, el buey, y el ciervo, todos en un montón desordenado, pero ninguno de ellos quebrado o con señas de haber sido rodado o arrastrado.
Un depósito similar se encuentra en Agate Springs, en Sioux County, en el noroeste de Nebraska, Estados Unidos. Los que aún queda del cerro cubre cerca de diez acres. Se calcula que los huesos de unos nueve mil animales completos están enterrados en ese cerro.
Ni hombre ni bestia podría haber causado tanta destrucción en el reino animal o haber enterrado los cuerpos antes de que los basureros de la naturaleza los hubieran devorado o destruido, ni podía el hombre haberlos enterrado a una profundidad tan enorme y en los lugares en que con frecuencia son hallados.
Se ha sugerido que sequías u otras causas podrían haber causado estos destrozos, pero ninguno de ellos ofrece una explicación satisfactoria. Ninguno de ellos será suficiente para matar, juntar y enterrar aquellos millones de animales. Un gran diluvio es la única explicación razonable para esta extraordinario fenómeno. ¿ Pues qué otra cosa podría haber llevado a estos animales a las cimas de los cerros, y haber causado su muerte en tan grandes cantidades, si no fuera las aguas de un diluvio universal?. El león no se preocupó del cordero, ni el lobo de la liebre; todos estaban empeñados en salvar sus propias vidas. ¡ Qué lamentación tan terrible debe haber procedido de esta innumerable multitud de bestias aterrorizadas!
Y luego siguió el entierro. Las convulsiones de la tierra habían proporcionado la tumba.
Atras
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