- LOS SAMARITANOS
-
- Los samaritanos recibían este nombre por la ciudad
de Samaria, la capital del Reino, la capital del Reino del Norte,
Israel, desde el tiempo de los reyes Omri y Acab (1Reyes 16:24).
La ciudad de Samaria fue destruida por los asirios en el 721
a.C., y alrededor de veintisiete mil miembros de las fuerzas
vivas y de los artesanos útiles fueron deportados a Asiria
y dispersados (2 R.17:24). Como parte de la política de
los asirios, el gobierno de la ciudad era tomado por otros pueblos
sometidos, de manera que la incomunicación con la población
trabajadora local, junto con la gratitud de los nuevos gobernantes
hacia los asirios por darles esta posición daría
como resultado una situación estable y tranquila.
-
- Las cosas no fueron bien: las fieras fueron infestando las
zonas rurales con una velocidad alarmante, dando muerte a muchas
personas. Los recién llegados creyeron que estos ataques
se debían a que no adoraban al Dios de Samaria de la manera
adecuada. Uno de los sacerdotes en el exilio fue enviado a enseñarles
la fe judaica, y erigió un santuario religiosos en Bet-el.
Como resultado de ello, se formó una religión sincretista
entre el culto a Yahweh y el ofrecido a los dioses locales procedentes
de los países originales de los nuevos gobernantes de
Samaria (2R. 17:25-34).
-
- Algunas de las gentes procedentes del Reino del Norte que
no habían sido llevadas al exilio fueron a adorar en Jerusalén,
donde recibieron la bienvenida (2Cr. 35:17), y cuando la ciudad
de Jerusalén quedó destruida por los babilonios,
siguió manteniéndose la relación (Jer. 41:15).
Cuando el imperio Persa sucedió al Babilónico,
y se permitió a los judíos reconstruir su religión
-su templo y finalmente las murallas de Jerusalén- hubo
una reacción ambivalente por parte de los samaritanos.
Había samaritanos que querían participar en la
obra para volver a instaurar el culto a Yahweh (Esd.4:2), pero
fueron rechazados de plano por los exiliados retornados, que
consideraban a los samaritanos como impuros de debido a la naturaleza
sincretista de su culto (Esd.4:3). Otros samaritanos se sentían
alarmados ante la reconstrucción de Jerusalén,
por cuanto Jerusalén había sido siempre rival de
Samaria. Estos samaritanos hicieron todo lo que pudieron para
obstaculizar la reconstrucción de la ciudad (Neh.4:1-2).
-
- Toda la antigua antipatía entre el Norte y el Sur
salió a la palestra. Estos sentimientos tenían
una larga historia, remontándose a la época en
que las doce tribus habían ocupado originalmente el país
montañoso de Canaan tras el Exodo. Las tribus del norte
habían quedado separadas de las del sur por una cadena
de fortalezas cananeas, y cuando David fue proclamado rey, lo
fue como rey de dos reinos unidos mas bien que de uno. Cuando
el reinado de David y posteriormente de Salomón quedó
dividido durante el período de los sucesores, la división
siguió la antigua línea histórica. Los samaritanos
eran considerados no sólo como enemigos políticos
sino también como una gente impura cuya presencia contaminaría
a los exiliados que habían regresado (Neh.13:23-30).
-
- Parece que en un tiempo posterior hubo un grupo de samaritanos
que, al haberse visto impedidos de adorar a Yahweh en Jerusalén,
y deseando disociarse de las continuas luchas, se retiraron para
erigir un santuario propio en Siquem (Jn.4:19,20), centrado en
el monte Gerizim, y fue desarrollándose gradualmente una
fe distintiva. Los samaritanos los cinco libros de Moisés
en su propia lengua como autoridad de ellos (el pentateuco samaritano),
y esta posición quedaba reflejada en su credo: Hay un
Dios; Moisés era su profeta, y volverá un día
como Taheb "restaurador", algunas veces llamado Mesías
Jn.4:25.; Habrá un día de juicio; y el monte Gerizim
es el lugar por Dios designado para los sacrificios. El último
elemento era el décimo mandamiento en el Decálogo
del pentateuco samaritano (Jn.4:20).
-
- Al menos algunos samaritanos se aferraban a la creencia tradicional
de que Moisés había ocultado vasos sagrados en
el monte, porque en el 36 d.C. un samaritanos reunió una
multitud en el monte con la promesa de que les mostraría
los vasos. Todo el grupo fue masacrado por Poncio Pilato.
-
- Debido a la diferencia de credo, había una gran desconfianza
entre los que adoraban en el monte Gerizim y los que adoraban
en el restaurado templo de Jerusalén. En el 128 a.C.,
uno de los gobernantes judíos de la dinastía asmonea
(Juan Hircano) conquistó Siquem y destruyó el templo,
y en una ocasión, entre los años 6 y 9 d.C., un
grupo de samaritanos contaminó el templo de Jerusalén
esparciendo huesos durante la Pascua.
-
- Hay referencias explícitas en el Nuevo Testamento
a la hostilidad entre judíos y samaritanos (Jn.4:9,33).
Jesús se esforzó en indicar lo bueno en los samaritanos
(Lc.10:33), que él había experimentado (Lc.17:16),
pero siguió la tradición judía no pasando
normalmente a través de Samaria cuando viajaba de Galilea
a Judea. La ruta normal para los judíos que no querían
contaminarse era cruzar el rio Jordán en Bet-sean (al
norte) y en Jericó (al sur), viajando por la ribera oriental
del río (Lc.18:31,35). Muchos samaritanos se convirtieron
en cristianos (Hch.8:25).
Atras