LA RELIGIÓN DE EGIPTO Y DE BABILONIA

Desde la confusión de Babel[1] el hombre se hallaba esparcido por todo el mundo. En la Mesopotamia, sin embargo, la extraordinaria fertilidad de los ríos Tigris y Eufrates hizo que, con el pasar del tiempo, se agrupasen allí pueblos de diferentes orígenes étnicos. Esas poblaciones, formadas por pequeños grupos independientes, practicaban cultos dedicados a dioses locales, representados por lo general bajo forma de animales.

Egipto,[2] gracias a la no menos extraordinaria fertilidad del valle del Nilo, fue también un importante polo prehistórico de antiguas civilizaciones. Tanto en Egipto como en Babilonia, la religión constituyó un sistema de interpretación del universo, con la finalidad de explicar en forma religiosa el esplendor de las civilizaciones, así como de justificar la estructura de las sociedades y las tareas que le tocaban a cada categoría social.

LA RELIGIÓN DE EGIPTO
En su fase prehistórica, los cultos eran de naturaleza local, y predominaban las divinidades representadas bajo la forma de animales. En cambio, durante la fase histórica, los dioses egipcios adquirieron formas humanas, o apariencia híbrida (parte humana, parte animal).

La religión era practicada por grupos aislados, sin fórmulas litúrgicas ni cuerpo de doctrinas. En general, los dioses garantizaban el equilibrio del cosmos, la estructura de la sociedad, la felicidad en la vida, la supervivencia después de la muerte, el ritmo de las crecientes y la fertilidad del suelo.

Más tarde, con el advenimiento de la escritura, los dioses comenzaron a ser representados en forma humana o, mediante un fenómeno de sincretismo, con cuerpo humano y cabeza de animal. Entre las innumerables formas híbridas asumidas por las divinidades, se destaca Anubis, el acompañante de los muertos delante del tribunal divino, un dios con cabeza de chacal.

LOS FARAONES: HIJOS DE LOS DIOSES

La unificación de Egipto en el cuarto milenio a.C. provocó transformaciones en el orden religioso. El faraón y sus auxiliares retenían para sí los conocimientos de astronomía y de geometría que hacían posible el aprovechamiento de las crecientes del Nilo. De esta manera, el éxito de las labores agrícolas emprendidas era recibido por el pueblo como una dádiva de los dioses que confirmaba la filiación divina del faraón.[3]

LA RELIGIÓN DEL ESTADO

Pasar de la divinización del faraón a la religión del estado, no fue muy difícil. Les tocaba a los faraones mantener en la tierra la continuidad de la organización cósmica. De esa manera se creía que la naturaleza era regulada por la intercesión faraónica, manifestada de modo especial mediante el control de las crecientes y la canalización del Nilo, presente de abundancia y riqueza otorgado al pueblo egipcio por los dioses.

La religión del estado reforzaba constantemente el importante papel que les tocaba a los reyes, cuya filiación divina se asociaba, en los períodos de mayor esplendor de la civilización egipcia, a los principales dioses solares: Ra, Amón-Ra y Atón.

En su condición de dios, y por tanto, de inmortal, le tocaba además al faraón el papel de mediador de los hombres delante de las divinidades, por lo que debía construir templos, presidir cultos y organizar ritos funerarios, orientado siempre por la diosa Maat, símbolo de la verdad, del equilibrio y de la justicia.

Los innumerables templos, pirámides y obeliscos, entre los cuales los más conocidos se remontan a la cuarta y la quinta dinastía (2613-2345 a.C.), demuestran esas atribuciones de los faraones. Muchos de estos monumentos estaban dedicados a Ra, el dios Sol, cuyo culto fue institucionalizado por el faraón, el "hijo del Sol" y Rey del Alto y del Bajo Egipto.

LA NOCIÓN DE UN DIOS PRINCIPAL

Ya que la religión constituía la forma básica de control, y también la base de la organización social, todo cambio de dinastía acarreaba alteraciones en el culto, de acuerdo con el estilo flexible del sistema religioso. Cuando predominaba el poder central, prevalecían los dioses cósmicos; al resurgir la fuerza popular, se revitalizaban los dioses locales.

Así pues, el panteón de los dioses egipcios era muy variado. Ftá era el creador, que coexistía con otros ocho dioses principales, entre los cuales estaba Atón.

Atón, que representaba la inteligencia y la voluntad, pasó a representar, en el tiempo de Amenhofis IV, el disco y los rayos solares, Horus representaba el horizonte. Osiris era tenido como un faraón que había resucitado en los brazos de su esposa Isis, y que fue vengado por su hijo Horus. Los tres componentes de la "familia" fueron divinizados y eran adorados en el panteón egipcio.

Estas ideas religiosas, de las cuales ya se encuentran vestigios a partir del año 2050 a.C., se hallan formuladas en los numerosos papiros que reciben el nombre genérico de "Libro de los muertos". También los innumerables descubrimientos arqueológicos llevados a cabo en Egipto han sacado a la luz las innumerables formas de adoración practicadas por aquel pueblo.

LA RELIGIÓN DE BABILONIA

Los principios que habían regido la formación religiosa del antiguo Egipto, son los mismos que se aplican a la explicación religiosa de Mesopotamia, exceptuando la divinización de los reyes.

El monarca no era considerado "hijo de los dioses". Estos sólo lo adoptaban después de su consagración. Durante muchos años el poder religioso estuvo sometido al control del soberano. Sin embargo, cuando vino la secularización - separación entre el orden público y el religioso - se convirtió en uno de los principios del Código de Hammurabi (siglo XVIH a.C.) la no participación del monarca en el poder religioso de los templos locales.

Como resultado de esto, los templos comenzaron a ejercer una influencia política mayor en el reino. También la relativa secularización de la sociedad constituyó el fundamento de la inseguridad sicológica y religiosa de la Mesopotamia.

LOS DIOSES

La concepción religiosa del pueblo abarcaba un panteón numeroso, gobernado por dioses arbitrarios, señores del destino de todo ser humano,[4] dioses contradictorios, buenos y terribles. Entre los hombres y las divinidades erguíase un complejo sistema de relaciones, en el cual se incluían el culto, el exorcismo y la magia.

El panteón mesopotámico era vastísimo. En el mismo se agrupaban, según la relación encontrada en la biblioteca de Asurbanipal (668-626 a.C.) en Nínive, más de 2500 entidades divinas. Esta relación empieza con los nombres de Anu, padre de los dioses, Enffl, la diosa madre, y otros dioses infernales presididos por Nergal.[5]

LA RELIGIÓN DE MARDUK

Con la reforma política y religiosa de Hainmurabi (17921750 a.C.), Marduk, dios de Babilonia (novena capital del reino), fue elevado a dios principal. Hijo de Ea, era el señor de la sabiduría, entendida como transmisión mágica del poder de curar y de la vida superior. Todos los años, en la fiesta del Año Nuevo, se representaba dramáticamente su victoria sobre las potencias del caos y del mundo inferior.

La religión de Marduk se convirtió en la última de las grandes síntesis de las corrientes espirituales mesopotámicas. En ese sentido, el sincretismo ganó importancia. La figura de Marduk[6] tenía dos rostros, correspondientes a su doble personalidad (que representaba a las ciudades de Babilonia y Eridú), como hijo del sol y dios de la magia, hijo de las aguas profundas.

ASPECTOS DIVERSOS
LOS ZIGURATS
- Eran construcciones compuestas por plataformas superpuestas, cuyo número simbolizaba la cantidad de planetas conocidos. Se tenía acceso a esos monumentos mediante escaleras exteriores.

Se suponía que los dioses descendían del cielo a estos 46montes" sagrados, y se retiraban inmediatamente después de terminado el culto que les era debido. Según la creencia popular, los zigurats constituían el enlace entre el cielo y la tierra, y es probable que en ellos se haya basado la narración bíblica sobre la torre de Babel.[7] En su parte más secreta e inaccesible se encontraban las estatuas y los emblemas de los dioses.

EL MUNDO DE LOS MUERTOS
- Para los asirios y babilonios, la hora de la muerte era una decisión de los dioses. El mundo de los muertos consistía en un universo de sombras que se desvanecían; era una prisión sin salida, el siniestro reino de Nergal. Debido a la ausencia de esperanza en una verdadera vida futura, volvíase más preciosa la vivencia incierta del presente.[8]

EL CULTO

- La forma principal del culto la constituían la oración y la liturgia, dedicada a los dioses. Estos, al igual que los mortales, tenían que comer y beber, dormir y amar. Había estatuas que representaban a las divinidades,[9] adornadas de oro y plata, y a las cuales se les servían fastuosos banquetes sobre el altar -la---mesade los dioses"- según un ritual cotidiano minuciosamente observado. Carnes de carnero, de vaca y de cerdo, pescado y legumbres, platos preparados todos con un cuidado digno de los divinos convidados, además de bebidas tales como hidromiel, vino y cerveza, componían el banquete ceremonial, consumido finalmente por los propios sacerdotes.

LA ORACIÓN

- A veces cantada coralmente, expresaba la admiración de los celebrantes, exaltaba el poder de la divinidad y suplicaba su intercesión: "Oh valeroso Marduk, cuya cólera es como la de un huracán, / ¡Pero cuya bendición es la de un padre compasivo! /Nadie ha escuchado mi súplica: ¡he aquí lo que me destruye! /Nadie ha respondido a mis gritos: ¡he aquí lo que me tortura!. . .

Con respecto a una oración como ésta, la Biblia tiene unas palabras muy a propósito:

"Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta" (Salmo 115:4-7).

El horóscopo - Los horóscopos actuales son el resultado de la evolución de los calendarios que contenían las obligaciones, abstinencias y oportunidades para cada persona, de acuerdo con los meses o períodos del año.[10]

"Mes de Elul. Día 6. Nefasto. Ofrezca a su dios (personal) los alimentos que le convengan, y él los aceptará. Recite un salmo penitencial si no quiere ser vencido por su adversario. Día 7. Completamente propicio. Ofrézcale alimentos a Zábala. Día 10. Nefasto. Ofrézcales sacrificios a Istar y a Papsukal.."

Como se puede ver, los horóscopos no tienen nada de científicos. Son, en realidad, ordenanzas o predicciones demoniacas.

LOS DEMONIOS

- Los babilonios creían que todo mal físico o psíquico tenía que ver con el pecado, u ocurría por la actuación de demonios instigados por hechiceros. Llegaban a culpar a los mismos dioses por el hecho de liberar a los demonios.[11]

EL EXORCISMO

- Una dimensión mácica de la religión en Mesopotamia era la práctica del exorcismo. Se hacían oraciones, penitencias, ritos especiales y otras prácticas, orientadas por los sacerdotes exorcistas (los asipu), con la intención de alejar las fuerzas maléficas y suprimir las causas del mal.[12]

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[1] Génesis 11:1-9.
[2] Los egipcios aparecen en la Biblia como descendientes de Mízraírn, hijo de Cam, hijo de Noé (Génesis 10:6, 13).
[3] Génesis 3:5; Ezequiel 28:11-19.
[4] Romanos 14:12.
[5] Las prácticas de la mediumnidad y la adoración de los demonios no son cosa nueva. Encontramos sus orígenes principalmente en la religión babilónica.
[6] El dios Marduk era conocido también como BeL Véase lo que la Biblia dice respecto a ese dios: Isafas 46:1; jeremías 50:2; 51:44.
[7] Génesis 11:1-9.
[8] Romanos 8:17; 1 Pedro 5:1.
[9] Nabucodonosor, rey de Babilonia, reconoció que el Dios de Daniel era el Señor de los señores (Daniel 2:47). Con todo, hizo una estatua, probablemente dedicada a Marduk, y exigió que la adoraran todos sus súbditos. Los verdaderos siervos de Dios no se inclinan delante de otros "dioses." (Daniel 3:1-30.)
[10] Isa.47:13, 14.
[11] Deuteronomio 17:7; 1 Corintios 10:20.
[12] Marcos 16:17; Santiago 2:19; Apocalipsis 16:14.