EL MUNDO TRAGICO DE JEREMIAS
 
El impulso mayor de reformar surgió del hallazgo del "libro de la ley" hecho por Hilcias en el templo. Josías quitó de Jerusalén la denigrante idolatría.
El templo fue limpiado...
 
Vivió Jeremías en uno de los períodos más importantes de la historia del antiguo Cercano Oriente. Su país recibió considerable repercusión de la dinámica de esta situación. En el lapso de su vida el profeta presenció la caída del imperio asirio. Observaba como surgía Babilonia y la manera en que subyugó el Cercano Oriente. Fue testigo de la derrota de los poderosos ejércitos egipcios.
 
En su propio país vio una sucesión de crisis políticas, intercaladas con brevísimos períodos de esperanza de una estabilidad. Teniendo como base los reinados de Judá durante la vida del predicador, revisemos la historia contemporánea de Jeremías.
 
1. Eventos durante el reinado de Josías, 639-608 a.C.
 
Cuando en 627 a.C. llamó Jeremías al ministerio profético, Josías ocupaba el trono de Judá. Este buen rey ya había iniciado un programa de reformas religiosas. Lo hizo poco antes de la muerte de Asurbanipal en 626 a.C. quien fue el último gran gobernante asirio. Fue entonces que los asirios se vieron tan acosados por problemas internos que no fueron capaces de impedir que Josías buscara la independencia por repudiar totalmente la soberanía asiria. En ese mismo año un príncipe caldeo llamado Nabopolasar se estableció en Babilonia como rey independiente donde fundó una poderosa dinastía.
 
A todo esto el piadosos Josías en el decimoctavo año de su reinado inició una segunda etapa en su programa de reformas religiosas. El impulso mayor de reformas surgió del trascendental hallazgo del "libro de la ley" hecho por Hilcías en el templo. Josías quitó de Jerusalén la denigrante idolatría. El templo fue limpiado, eliminando las cámaras de prostitución "sagrada".
 
Fueron reducidos a polvo los utensilios dedicados a Baal, a Asera y a los planetas y estrellas. Se quitaron de la entrada del templo los caballos dedicados al sol y los altares de los lugares altos fueron demolidos. Como el control asirio en el oeste era sólo nominal, las reformas de Josías se extendieron a la provincia de Samaria. Allí se destruyó el santuario cismático de Betel. Se procedió de igual forma contra los demás santuarios idolátricos de la provincia de Samaria.
 
Alrededor del año 616 a.C. Nabopolasar, padre de Nabucodonosor, invadió el territorio asirio, pero los habitantes recibieron ayuda de un antiguo vasallo de su imperio, Psamético de Egipto. Este monarca quería mantener a Asiria como un estado baluarte ante la Babilonia que resurgía con gran ímpetu. Sin embargo, en 614 una alianza Medo-babilónica conquistó la ciudad de Asur. En 612 ante las fuerzas invasoras cayó la magnífica Nínive, capital del imperio asirio. En 610 Harán sucumbió ante el poder de los babilonios y medos. Ese mismo año murió Psamético, haciendo que las esperanzas asirias sin el auxilio egipcio se diluyera definitivamente.
 
En el verano de 609 a.C. Asur-uballit, último rey asirio, intentó recuperar harán. Para esto contó con el apoyo del hijo de Psamético, Necao. Cuando este faraón marchaba hacia el norte por apoyar a los asirios, Josías le salió al encuentro para impedirle su avance en el paso de Meguido. Josías no era partidario de la idea de que los ejércitos egipcios respaldaran a los antiguos enemigos de Judá. F.F. Bruce señala el patriotismo de Josías. "Sus motivos era buenos, pero hemos de poner en duda su juicio político". Como consecuencia, el rey de Judá fue muerto en la batalla. Su pérdida fue una tremenda tragedia para su país. De esa fecha en adelante no hubo ningún gobernante que se opusiera a la idolatría y a la inmoralidad de Judá.
 
¡Cómo se conmovería Jeremías ante semejante situación! "Jeremías endechó en memoria de Josías." 2 Crónicas 35:25.
 
2. Sucesos durante el reinado de Joacaz, 609 a.C.
 
Inmediatamente después de la muerte de Josías, el pueblo eligió como nuevo rey al joven Salum, quien adoptó el nombre de Joacaz. Es indudable que los habitantes de Jerusalem tenían buenas razones como para pasar por alto al mayor de los hijos de Josías, el cruel Joacim. El reinado de Joacaz fue muy breve. Sólo alcanzó a estar en el trono por espacio de tres meses. Necao provocó una nueva crisis en Judá y destituyó a Joacaz. El malvado Joacim fue nombrado monarca por Necao. El joven Joacaz fue llevado a Egipto, probablemente como rehén para asegurar la servidumbre de Judá. EL humillado país tuvo que pagar pesado tributos a Egipto. Nada de esto fue fácil para Jeremías. El predicador lamentó el derrocamiento de Joacaz y su exilio a Egipto. "No lloréis al muerto, ni de él os condoléis; llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás ni verá la tierra donde nació", Jeremías 22:10.
 
3. Sucesos durante el reinado de Joacim, 609-598 a.C.
 
Durante el reinado de Joacim el fervor, religiosos era cada vez más decadente. Las reformas de Josías fueron olvidadas. Se volvió a la idolatría y se introdujeron a la tierra ritos egipcios.
 
En el año 605 a.C. se vivió uno de los momentos cumbres en la historia antigua. Nabucodonosor, en un fiero combate en las afueras de la ciudad de Carquemis derrotó totalmente a los egipcios. afirma R.K. Harrison: "La batalla de Carquemis demostró así la superioridad militar de los babilonios y marcó el momento en el que la hegemonía del Cercano Oriente pasó a sus manos."
 
Parece que los babilonios persiguieron a los egipcios en su fuga por la costa del Mediterraneo hacia el sur. Con esto Judá pasó de ser tributaria de Egipto a ser súbdita de Babilonia. De hecho cuando las tropas de Nabucodonosor regresaban al norte, llevaron consigo cautivos del ejército egipcio. También apresaron a algunos de la nobleza de Judá. En este grupo iban Daniel y sus amigos. Daniel 1:1-6. Al año siguiente, cuando Nabucodonosor volvió al oeste, recibió la sumisión oficial de Joacim.
 
En el 601 el conquistador caldeo se dirigió de nuevo a la frontera egipcia para luchar contra el Faraón Necao. En esta ocasión, sin embargo, sufrió fuertes pérdidas de las que le costó año y medio recuperarse. En este momento Joacim cometió el grave error de volver a unirse con Egipto.
Rechazó la soberanía de Babilonia a pesar de las dramáticas advertencias de Jeremías. Tiene que haber sufrido una tristeza agobiante este varón de Dios al ver que no se hacía caso a sus sermones que él bien sabía procedían de revelaciones del Altísimo. El rey, aun había quemado un rollo de mensajes.
Ningún ministro se va a sentir prosperado ni realizado en semejante situación. Cuántos no serían tentados a dejar de predicar!
 
Otra vez se asomó Nabucodonosor a territorio de Judá. Fue encadenado Joacim para ser llevado a Babilonia, 2 Crónicas 36:6, y murió. Según el historiador Josefo, el cuerpo del rey de Judá fue arrojado fuera de las murallas, tal como lo había profetizado Jeremías 22:18.
 
4. Sucesos durante el reinado de Joquim, 598-597 a.C.
 
El joven Joaquín, también llamado Jeconias, sucedió en el trono a su padre Joacim, por decisión de los propios babilonios. Su estadía en el trono no llegó a cuatro meses. Josefo nos cuenta que Nabucodonosor se arrepintió de haber nombrado a Joaquim y regresó para sitiar a Jerusalén y llevarse al rey a Babilonia. La ciudad cayó en manos de los sitiadores el 16 de mayo del 597 a.C. y tres mil personas fueron llevadas a Babilonia. A este grupo lo componían el profeta Ezequiel, Joaquim, muchos otros miembros de la familia real, hombres prominentes del estado y de la corte, además de un buen número de miembros de la clase más elevada de Judá. Los tesoros del templo fueron saqueados y transportados también a Babilonia para adornar el templo de Marduc.
 
¿Qué sentimientos tendría Jeremías al contemplar la escena de tan grande compañía comenzar su éxodo en una caminata de muchos días hacia el nuevo centro de poder político?
 
5. Sucesos durante el reinado de Sedequías, 597-587 a.C.
 
Tras la deportación de Joaquim, Nabucodonosor puso en el trono de Judá al tercer hijo de Josías llamado Matanías, pero le puso el nombre real de Sedequías. Este nuevo rey tío de Joaquim, contaba con 21 años al asumir el trono. Fue más bien un regente que un verdadero rey, pues según escritos babilónicos Joaquím estando en cautiverio, era considerado como legítimo rey de Judá.
 
Vinieron a Jerusalén en 594 a.C. representantes de Edom, Amón, Moab, Tiro y Sidón para analizar la posibilidad de rebelarse contra Babilonia.
 
Jeremías entregó un yugo a cada delegación para que desistieran de la idea de luchar contra Babilonia.
 
Al año siguiente Sedequías fue a babilonia para aquietar las sospechas relativas a su participación en el complot antibabilónico. Jeremías había predicado en tantas ocasiones que no esa la voluntad de Dios ir contra los caldeos y que sólo resultaría en serias consecuencias para el pueblo de Judá. Pero el rey sucumbió a la tentación de rebelarse. En 589 a.C. el Faraón Ofra llegó al trono de Egipto. Sedequias se sentía presionado por el partido pro-egipcio en Judá. Censurado abiertamente por Jeremías, el regente entró en negociaciones con Egipto con la mira de levantar una insurrección.
 
Otra vez un ejército babilónico llegó a la Palestina, tomó varias ciudades fortificadas y cercó la capital. Fue levantado el sitio por un tiempo para que los caldeos pudieran hacer frente al ejército egipcio, siempre volvieron a Jerusalén para reanudar el sitio. En 587 las tropas de Babilonia abrieron una brecha en la muralla, y como era de suponerse, entraron por ella inmediatamente. Sedequías y sus principales funcionarios trataron de huir pero fueron atrapados. De allí el rey fue llevado a Ribla donde fue obligado a presenciar la masacre de sus hijos. Acto seguido los paganos le sacaron a él sus ojos, y lo transportaron a Babilonia.
 
Mientras tanto se siguió con el asalto a Jerusalén. Arribó Nabuzaradán, capitan de la guardia de Nabucodonosor con el fin de ejecutar la venganza real contra los judíos. Incendió el templo, los edificios del palacio, y todas las casas grandes de la ciudad. Demolió las murallas. Se llevó a Babilonia toda la obra de metal y los valiosos utensilios del culto en el templo. Mandó matar a muchos principales sacerdotes y líderes civiles. Deportó a Babilonia muchos miembros de la clase social alta y media.
 
¿y Jeremías? Los caldeos lo sacaron de la cárcel y lo encadenaron junto con muchos de sus compatriotas para emprender el viaje a Babilonia. Pero luego que los soldados lo soltaron. Cumpliendo órdenes del mismo Nabucodonosor se le dio la oportunidad al sufrido predicador de ir a donde quisiera.
Nabuzaradan le dijo que podía ir tranquilamente con él hasta la capital del imperio donde viviría bajo protección oficial, o podría vivir donde le pareciera. El hombre impopular escogió volver a las ruinas para vivir entre los pobres. De vuelta, se le dieron provisiones junto con un presente y el oficial encargado lo despidió, Jeremías 39 y 40.
 
El mensajero del Omnipotente rechaza las comodidades de una ciudad moderna. Sigue predicando. Exhorta a los que nunca le han hecho caso.
 
Gedalías, el gobernados nombrado por el enemigo para encargarse de los pobres entre los escombros, fue asesinado por envidiosos. Jeremías les dijo a todos sus conciudadanos que estuvieran quietos y que no se salieran de allí para intentar refugiarse en Egipto.
 
Y cómo reaccionaron esos judíos? Acusaron al varón de Dios de mentiroso, de colaborador de los caldeos. Tomaron a todos los que quedaban, aun a Jeremías y a su secretario y único amigo, y fueron a Egipto. Si Jeremías no había querido ir a Babilonia para vivir cómodamente, menos deseo tendría de pasar en Egipto el resto de sus días.
 
¿Qué hace un fiel predicador cuando es llevado a la fuerza por una congregación que no lo quiere? Predica la palabra. En Egipto el profeta impopular ministraba a los refugiados, anunciaba la caída de Egipto, y reprendía a su pueblo por continuar en la idolatría. "Oíd palabra de Jehová, todos los de Judá que estáis en tierra de Egipto", Jeremías 44:24.
 
Son muchas las lecciones de esta época de la historia que podremos aplicar a nuestra vida y ministerio. Queda por ver si no lo hacemos.

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