NAHUM
 
La profecía de Nahum está en el séptimo lugar entre los doce Profetas Menores. Se ha escrito con una pasión y odio únicos, pero el espíritu de su autor se entiende cuando se recuerda que durante dos siglos la cruel Nínive había sido opresora de los hebreos. Es natural que el profeta clamase con terrible furor en contra del enemigo, cuya caída él vislumbraba sobre el no lejano horizonte.
 
I. Nombre de Nahum
El nombre de Nahum significa "consolación" o "consolador", siendo su forma en el hebreo Najum. El nombre griego que se halla en la Septuaginta es Naoum, y el nombre español viene de la versión latina de la Biblia. Siendo un nombre poco usado, no aparece en otra parte del Antiguo Testamento, y sólo una vez en el Nuevo Testamento (Lc. 3:25) , aunque allí no trata del profeta. Nada se sabe de la familia de Nahum, ni del él personalmente, fuera de lo que podemos conjeturar de su escrito, y que, por su brevedad, no ofrece mucho material para estudiar.
 

 

II. Lugar nativo de Nahum.
Debido a la falta de datos concretos, existen varias opiniones en cuanto al lugar nativo de Nahum. La Biblia le llama elcosita, que significa que era natural de la aldea Elcos, de la cual no tenemos conocimiento cierto. Varias tradiciones pretenden identificar este lugar.
 
De acuerdo con una tradición, Elcos estaba a cuarenta kilómetros al norte del antiguo sitio de Nínive. Puesto que esta tradición viene del siglo XVI, no tiene mucho valor.
 
Una segunda opinión relaciona a Nahum con Capernaum (que en arameo significa aldea de Nahum), a orillas de lago de Galilea. Probablemente esta idea tiene su origen en la semejanza que existe entre el nombre de la ciudad y el de Nahum, sin que haya verdadera relación entre ellos.
 
La tercera opinión es la que relaciona a Elcos con Galilea, basada sobre una tradición conservada por Jerónimo que viene del siglo IV
 
La cuarta opinión atribuida a Epifanio, es que Nahum vivía en Judá. El hecho de que él en su ministerio parece haber actuado en relación con el reino meridional, hace más probable esta opinión.

 

 
III. Fecha de la profecía de Nahum.
La fecha más antigua que sirve como uno de los términos de origen de esta profecía es la destrucción de Nínive en 612 a. De J.C., de modo que la obra tiene que haber sido escrita antes. La fecha más temprana sería la destrucción de Tebas, en Egipto, en 661 a. De J.C., por Asurbanipal, rey de Asiria. Nahum hace referencia a este acontecimiento al mencionar a No-amón, en el 3:8 de su profecía, el nombre egipcio de Tebas, que significa porción de Amón (siendo Amón un dios egipcio). La profecía habría tenido su origen entre 661 y 662 a. De J.C. Pero podemos limitarla aún más:
 
Otra fecha que posiblemente tendría que ver con la fecha de la profecía de Nahum sería la de las terribles invasiones de los escitas alrededor de 626. Aunque no hay evidencia de que estos bárbaros entrasen en territorio de Asiria, su amenaza habría parecido digna de tenerse en cuenta, el profeta de Judá, ansioso de ver la destrucción de la gran nación. Otro acontecimiento que posiblemente tuviera que ver con la fecha fue la invasión de los medos a Asiria alrededor de 625, bajo su rey Ciajerjes, (de acuerdo con el historiador Heródoto).
 
De todos modos, la Profecía de Nahum parece haber sido escrita en una época en que el poder de Asiria estaba disminuyendo, y el período después de las invasiones de los escitas y los medos parece razonable, pues, era contemporáneo a Jeremías.
 

 

IV. Ocasión y propósito de la Profecía de Nahum.
- Ocasión.
    Debemos ver como ocasión de la Profecía de Nahum el próximo derrumbe del imperio asirio, que el profeta preveía como seguro, convicción que adquirió por ciertos acontecimientos que sucedían, lo que le impulsó, bajo la inspiración de Dios, a anunciar la caída de Nínive. Estos acontecimientos fueron:
     
    La invasión de Asiria por Ciajerjes, siendo esto uno de los indicios de la próxima caída del imperio.
     
    La fundación del segundo imperio caldeo, acontecimiento importante de la política internacional de esta época, y por sus consecuencias en la historia posterior, una contribución a la caída de Asiria.
     
    La invasión de los escitas 626-625 que, aunque no llegara a Asiria, hubo muchas posibilidades para quienes deseaban su destrucción.

 

 

    Todos estos antecedentes fueron una causa del debilitamiento que achacaba al gran gigante de Asiria, que ya en esta época decaía y enfermaba, y estaba pronto a dejar de existir. Sin duda Nahum, observador y estudiante de la política internacional, especialmente de aquella que afectaba más estrechamente a su propia nación, puso ver en estas repetidas invasiones bajo las narices del Imperio, los síntomas de la debilidad que tenían que traer se desaparición como factor en el escenario internacional. Y esta caída, la pronosticó con furor y certidumbre en su profecía.
     
- Propósito.
    El propósito de la profecía de Nahum fue doble: (1) Toda la profecía gira alrededor de aquella idea que tanto conmovió el corazón del varón de Dios; que la ciudad que mucho mal había hecho a otros pueblos había de ser tratada en igual forma.

 

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