- EZEQUIEL
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- La Profecía de Ezequiel no es tan bien conocida como
la Isaías, la de Daniel, y la de los otros profetas. No
se cita tanto en el Nuevo testamento, ni se han empleado con
tanta frecuencia para sermones como aquéllas. Sin embargo,
tiene muchas interesantes parábolas, alegorías,
visiones y acciones simbólicas, con muchos paisajes aislados
que se presentan para sermones evangélicos, y bien merece
un estudio detenido, recompensando al lector que con ahínco
y empeño se dedica a estudiarla.
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- Ezequiel, en algunos sentidos, se parece a los profetas que
le precedían en el gran interés que él manifestaba
en el estado nacional judío. Pero, ya que este se estaba
desintegrando cuando él desempeñaba su ministerio
y se encontraba lejos de su nación entre los cautivos
judíos en Babilonia, se dedicaba mucho más que
sus predecesores a un ministerio al individuo, predicando un
mensaje de responsabilidad individual que no aparece en las profecías
de ellos. Isaías había predicado un mensaje de
responsabilidad nacional, como si dijera: "La nación
que pecare, esa morirá." Ezequiel predicó
ese mensaje, pero agregó a él el anuncio de 18:4,20;
"El alma que pecare, esa morirá". Así
que, mientras que los otros profetas habían sido verdaderos
estadistas religiosos en sus interés y actividades, Ezequiel
más bien actuó en relación con una pequeña
comunidad hebrea en el cautiverio, y no con el estado civil judío.
Se ocupó mucho más en una obra más bien
pastoral que política, y en esto se diferencia de aquellos
que le habían precedido.
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- Como Daniel y Zacarías después, Ezequiel refirió
en su profecía muchas visiones. Los profetas antes que
él se habían valido más de metáfora
y otras figuras de la misma clase. Ezequiel, Daniel y Zacarías
vieron muchas visiones y las narraron en sus profecías.
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- La Profecía de Ezequiel pertenece al grupo de Profetas
Mayores, según la clasificación común que
se ha adoptado para la Biblia. En la Biblia hebrea, pertenece
al grupo de profecías que se denomina Profetas Posteriores,
que incluye los dos grupos que nosotros clasificamos como Profetas
Mayores y Profetas Menores, menos Daniel, que los hebreos ponían
entre los Escritos (Hagiografía). Los profetas Anteriores,
según la clasificación hebrea, eran Josué,
Samuel y Reyes. Los libros de Crónicas, Esdras, Nehemías,
y Ester también pertenecían a la Hagiografía.
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- I. Nombre
- En nombre del profeta Ezequiel significa Dios es fuerte,
o Dios fortalece. Era hijo de un tal Buzi de quien no se sabe
nada. Pasó Ezequiel su juventud en Jerusalén donde
actuó de sacerdote en los servicios del templo, y la predominancia
de estos ritos en su obra profética viene de su recuerdo
de las experiencias que habías tenido en el santuario.
Aunque Jeremías también era sacerdote, él
nunca funcionó como tal, por haber sido sus antepasados
depuestos por Salomón .
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- II. Bosquejo de la historia contemporánea.
- Los libros proféticos son incomprensibles aparte de
la historia contemporánea, resultando especialmente obscura
la Profecía de Ezequiel cuando no se tiene en cuenta al
ambiente histórico en el cual el profeta vivó y
predicó. Trazaremos los puntos salientes de los acontecimientos
históricos de la época de Ezequiel.
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- - Invasión de los escitas.
- Unos cuantos años antes de que naciera el profeta
Ezequiel sucedió una grande irrupción de una tribus
bárbaras conocidas bajo el nombre de escitas, que vinieron
del norte. Habiendo desolado una gran parte de varios países
de Asia, como Asiria, Babilonia, Siria y Persia (según
el historiador griego Heródoto), pasaron por Palestina,
llegando hasta Idumea. Tenían el propósito de invadir
a Egipto, pero por alguna razón que no es clara no lo
hicieron. El que realmente llegan hasta Judá no es un
hecho comprobado, ya que no hay referencia alguna a tal suceso
en los libros históricos de la Biblia. Sin embargo, en
la Profecía de Jeremías, hay un reflejo de esta
amenaza: cuando en el primer capítulo el profeta narra
la visión de la olla hirviente, cuya faz estaba hacia
el norte, la base de la visión parece ser las invasiones
escitas, con su cumplimiento profético en la venida de
los caldeos.
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- Sin duda Ezequiel se había criado en el ambiente de
amenaza que procedía de las invasiones escitas. Un reflejo
de esto lo hallamos en la referencia del profeta a Gog y Magog
en los capítulo 38 y 39 de su obra, cuando toma a estos
pueblos como el epítome de todos los enemigos de Dios.
Valiéndose de la misma idea, Juan tomó esta idea
de Ezequiel como base para su descripción en el Apocalipsis
de los enemigos de Dios; son Gog y Magog los que representan
a todos los enemigos. Tanto en Ezequiel como en el Apocalipsis,
los dos términos Gog y Magog son simbólicos y no
literales; no se refiere al rey Gog y su pueblo Magog específicamente,
sino a ellos como símbolos de los enemigos de Dios.
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- - Hallazgo del libro de la ley.
- Otro acontecimiento que debe haber contribuido a la formación
del carácter de Ezequiel, así como el de Jeremías,
fue el hallazgo del libro de la ley en el templo, habiendo Ezequiel
nacido aproximadamente en el año cuando éste fue
encontrado (c.de 621 a. De J.C.) Por lo importante de este suceso,
se dio un impulso muy grande a la reforma que el rey Josías
(en cuyo reinado se verificó) había ya iniciado;
Ezequiel pues se crió en una atmósfera de alto
interés religioso y de reforma, que, sin duda, le habías
afectado profundamente.
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- - Disminución del poder de Asiria y crecimiento del
de Babilonia.
- Habiendo Asiria ejercido autoridad sobre el mundo por unos
dos siglos, le tocó al final disminuir frente al nuevo
y creciente poderío de Babilonia. Siendo Judá nominalmente
una dependencia de Asiria durante la época de Josías,
prácticamente se portó como nación independiente.
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- - Política vacilante de Judá.
- En la época anterior al ministerio de Ezequiel, Judá
había seguido una política vacilante frente a la
dobre amenaza que se cernía sobre la nación: Asiria
en el norte, y Egipto en el sur. Tanto Isaías como Jeremías
había predicado constantemente en contra de la política
de aliarse con estas naciones, teniendo poco efecto sus anuncios
de desastre: primero se aliaba el pueblo con Egipto, luego nuevamente
con Asiria, con el resultado de que a menudo sobrevenía
sobre Jerusalén la ira de ambos países al mismo
tiempo.
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- - Batalla de Meguido.
- La batalla de Meguido puede llamarse la crisis de la historia
judía. Se verificó aproximadamente en 608 a. De
J.C. Viniendo Faraón Necao con sus ejércitos, subió
por la costa del Mediterráneo y entró en Palestina.
Aunque no amenazaba a los judíos (buscaba más bien
hacer frente a los ejércitos de Caldea), Josías
salió a afrontarlo. Declarándole Necao que no quería
pelear, Josías insistió. En la batalla que sucedió
fue muerto Josías, siendo vencido enteramente el ejército
de Judá.
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- Los resultados de esta batalla constituyeron una gran desilusión
para el pueblo judío, que parece haber salido a guerreas
con la plena convicción de que Jehová estaba con
él, y que esto, así como en cualquier proyecto
que iniciaran, ganarían. Con esta derrota, terminó
el idealismo en la política: al ver el pueblo que habías
perdido la batalla (a pesar de haber creído que Jehová
estaba con él), volvió a la antigua política
de una aparente alianza con dos países Egipto y Babilonia,
procurando en esta forma salvarse de su amenaza.
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- - Primer traslado a Babilonia.
- Joaquim, el rey de Judá durante 608-597, había
sido puesto en el trono por el rey egipcio (Necao) y era aliado
de Egipto. Viniendo Nabucodonosor con ira a Jerusalén
después de vencer a Necao en Carquemis, llevó a
Babilonia, en carácter de rehenes, a algunos de los aristócratas
judíos, entre ellos Daniel y sus tres amigos:Sadrac, Mesac,
y Abed-neg (Dan. 1:1-7). Esto fue en 605 a. De J.C.
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- - Segundo traslado a Babilonia.
- Habiéndose rebelado Joaquim, vino de nuevo Nabucodonosor
para dominar la rebelión. Cuando el rey llegó a
Jerusalén (en 597), ya había muerto Joaquim y reinaba
en su lugar Joaquín, que ocupó el trono sólo
tres meses. Habiendo conquistado a la ciudad, Nabucodonosor llevó
preso a Joaquín, y en su ligar puso a su tío Sedequías,
hijo de Josías . En Babilonia Joaquín pasó
treinta y siete años en la cárcel antes que fuese
puesto en libertad por Evil-merodac, rey de Babilonia. Ezequiel
siempre fechó los acontecimientos de acuerdo con el período
de cautividad de Joaquín.
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- Entre otros que fueron llevados a Babilonia en 597 se hallaba
Ezequiel, y con él muchos de la clase noble de Jerusalén:
sacerdotes, artesanos, políticos. El propósito
de Nabucodonosor fue hacer desaparecer del gobierno de Judá
a todos aquellos que conocían los asuntos de gobierno
con el fin de terminar con toda posibilidad de resistencia organizada
en Palestina contra su autoridad. Pero no había estimado
debidamente el fanatismo y el nacionalismo extremos de los judíos,
quienes, aun sin sus dirigentes y gobernantes, organizaron una
rebelión más importante bajo el poder de Sedequías
que la que habían hecho bajo Joaquim.
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- - Dos corrientes de historia judía.
- Desde el traslado de Babilonia en 597 a. De J.C. hasta la
final destrucción de Jerusalén en 586, hay dos
corrientes de historia judía: la que seguía en
Jerusalén, y la que se desarrollaba entre los trasladados
a Babilonia. Los cautivos seguían con sumo interés
el desenvolvimiento de los acontecimientos políticos en
Palestina, informándose de alguna manera de los sucesos
muy poco después que se verificaron.
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- Los transportados miraban siempre con menosprecio las actividades
de los gobernantes en Jerusalén que habían sido
puestos en su lugar cuando ellos fueron trasladados a Babilonia.
Los cautivos se encontraban muy lejos de los asuntos nacionales
en cuerpo, pero no es espíritu; se creían mucho
más capaces para dirigir los asuntos de Jerusalén
que los que ocupaban en Palestina los puestos de autoridad. Tanto
Ezequiel como Jeremías compartían esta opinión
tocante a los cautivos, creyéndolos mejores que los que
habían quedado en Palestina. Jeremías dio expresión
a su opinión bajo la figura de las dos cestas de higos,
una de higos buenos, que representaba a los judíos en
el cautiverio, la otra de higos malos, que representaba a los
habitantes de Jerusalén (Jer. 24).
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- III. Ministerio de Ezequiel.
- - Principio de su ministerio.
- Ezequiel empezó su ministerio en el año 592
a. De J.C., o sea, en el quinto año de su cautiverio.
Al ser llevado a Babilonia, fue puesto en un pueblo llamado Tel-abib
(Ezeq. 3:15), sobre las orillas del río (o canal) Kebar,
cuya ubicación no se sabe de cierto. Algunos han conjeturado
que posiblemente se hallaba en el extremo sur del país,
otros que estaba en el centro, cerca de la ciudad de Babilonia.
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- Al empezar su ministerio de profeta, Ezequiel habría
tenido aproximadamente treinta años de edad. Ya estaba
casado, y tenía su propio hogar. En su obra hace referencia
a un período de treinta años, que bien puede ser
un dato sobre su propia edad cuando empezó a predicar
. Otros creen que es una referencia a la fecha desde la era de
Napolosar, padre de Nabucodonosor fundador del segundo imperio
caldeo.
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- Las circunstancias del llamamiento de Ezequiel, las tenemos
indicadas en los primeros tres capítulos de su obra. Recibió
una comisión de Dios para llevar a cabo su ministerio
entre el pueblo de Israel, pero sin esperanza alguna de lograr
éxito entre ellos.
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- - Duración del ministerio de Ezequiel.
- No se sabe cuántos años predicó Ezequiel;
posiblemente fueron mas de veintidós años. Empezó
su ministerio en 592 y la última fecha que menciona en
su obra es el año 27 del cautiverio de Joaquín,
que corresponde con el año 570 a. De J.C. (Véase
Ezeq. 29:17).
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- - Relación entre Ezequiel y Jeremías.
- Es extraño que ni en la profecía de Jeremías
ni en la de Ezequiel, se encuentre referencia alguna al otro
profeta. Esto es sorprendente cuando se recuerda que eran contemporáneos:
los últimos cinco años del ministerio de Jeremías
en Jerusalén coincidían con los primeros cinco
años del ministerio de Ezequiel en Babilonia.
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- Ezequiel, mientras vivía aún en Jerusalén,
actuaba como sacerdote; era lo bastante prominente en los círculos
políticos para que, de entre las mil personas que fueron
llevadas al cautiverio por Nabucodonosor, se hubiese destacado
él.
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- Es casi cierto que Ezequiel conocía bien a Jeremías,
el hombre de Dios más prominente de su época, que
desempeñaba su ministerio de profeta en Jerusalén
a la vez que Ezequiel servía de sacerdote. Pero no se
mencionan el uno al otro.
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- Sin embargo, a pesar de la ausencia de referencias en la
Profecía de Ezequiel a Jeremías, la influencia
del último sobre el joven profeta parece haber sido grande.
Esto se ve en los muchos reflejos que pueden señalarse
en Ezequiel de las ideas que caracterizaban la predicación
de Jeremías. Los dos tenían los mismos propósitos
y fines en su mensaje; los dos hablaban en contra de una dependencia
de Egipto, y en contra de la resistencia a Babilonia y la rebelión
en contra de ella. Los dos profetizaban también la segura
de destrucción de la ciudad de Jerusalén, del templo
y del estado nacional de Judá.
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- ¿Cómo explicar la falta de referencias del
uno al otros en las respectivas profecías de Jeremías
y Ezequiel? Carecemos de verdadera explicación. Se ha
conjeturado que posiblemente se hubieran enojado, pero esto parece
contrario al gran espíritu que los caracterizaba. Posiblemente
la mala fama que tenía Jeremías entre las clases
gobernantes a las cuales tenía que dirigir sus mensajes
Ezequiel, hicieron que él no creyese conveniente o prudente
hacer referencia a su viejo colega. En verdad, no sabemos por
qué.
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- IV. Mensaje de Ezequiel.
- - Contenido del mensaje.
- Hay dos ideas que caracterizaban el mensaje y el libro del
profeta Ezequiel: La de la destrucción de Jerusalén,
y la de la restauración de la nación.
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- A. Destrucción de Jerusalén.
- La primera idea que caracterizaba la predicación de
Ezequiel es la destrucción de Jerusalén, tesis
que el profeta sostenía con todo fervor de su alma, valiéndose
de visiones, alegorías, parábolas, acciones simbólicas,
etc. Así trataba de distintas maneras hacer entender al
pueblo, que tenías que ser destruida la ciudad. En los
primeros veinticuatro capítulos de su libro (que comprenden
los mensajes pronunciados antes del años 586, fecha de
la destrucción de Jerusalén), el tema central es
la destrucción de la gran ciudad.
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- Este mensaje fue recibido por los desterrados, a quienes
se dirigía el profeta, con plena credulidad. Bien habías
dicho Jehová a Ezequiel, al llamarlo a su ministerio:
"Son casa rebelde," referente al pueblo de Israel,
y otra vez: "Yo pues te envío hijos de duro rostro
y de empedernido corazón," y así los encontró
el profeta. El pueblo no pudo creer que la ciudad de Jerusalén
con su templo iba a ser destruida. Apoyándose sobre un
falso optimismo, siguió hasta el fin creyendo que las
profecías de Ezequiel eran falsas, o a lo menos equivocadas,
y que no era posible de manera alguna que su nación, que
tenías a Jehová por Dios, y que poseía las
tradiciones y los oráculos de Dios, fuese abandonada por
él a un destino tan horrible como aquél que pintaba
Ezequiel.
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- B. La restauración de la nación.
- La segunda idea que es prominente en el mensaje de Ezequiel
es la de la restauración de la nación otra vez
a su tierra después de un cautiverio, y esta idea la encontramos
en la última parte de su libro: capítulos 33-48.
Los capítulos 25-32 (la segunda división) son una
serie de profecías en contra de las naciones paganas,
al estilo de Isaías y Jeremías, pronunciadas en
fechas diversas. Están puestos en medio del libro, formando
una especie de paréntesis, o interludio en la obra, quizás
para preparar al lector para la nueva situación que forma
la base de la última parte de la profecía. Si siguieran
los capítulos 33-48 inmediatamente después del
capítulo 24, se perdería el efecto del lapso de
tiempo que sucedió entre el cautiverio (que empezó
en 586) y la restauración (que tuvo su principio en 536).
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- Así como los judíos habían rehusado
creer en la primera idea de Ezequiel (la destrucción de
la nación), asimismo rechazaron su segundo mensaje (el
de la restauración de la patria). Tan grande fue el pesimismo
que siguió a la caída de la ciudad, tan profundo
fue el abatimiento moral y espiritual, que ya no podían
creer que las ruinas de Jerusalén podían reconstruirse,
que los huesos secos de la vida nacional y espiritual del pueblo
podían revivificarse (cap. 37). Tenemos aquí uno
de los contrastes más notables en toda la historia, entre
el falso optimismo que existía entre los judíos
antes del cautiverio (que no les permitía creer en la
predicación de la caída de la nación), y
la completa desconfianza y desesperación que existía
entre ellos después de la destrucción de su nación,
que tuvo el efecto de quitarles fe en la posibilidad de una restauración.
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- A pesar de la credulidad, tocante a sus mensajes, que el
pueblo manifestaba, Ezequiel parece haber gozado de cierta fama
entre ellos. En algunas ocasiones los ancianos del pueblo lo
visitaron para averiguar en cuanto a la voluntad de Dios, como
en 8:1, cuando los ancianos presenciaron el éxtasis del
profeta al ser éste arrebatado por el Espíritu
de Dios y transportado en el espíritu a Jerusalén,
así como en otras ocasiones.
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- - Vindicación del mensaje de Ezequiel.
- La destrucción de Jerusalén, la mayor tragedia
del pueblo judío antes de Cristo, fue una vindicación
de la predicación de Jeremías y de Ezequiel, quienes,
a pesar de toda la oposición de las clases gobernantes
y religiosas, habían insistido que había de suceder.
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- Cuando la ciudad fue cercada por los ejércitos de
Nabucodonosor, Jeremías en Jerusalén insistió
de inmediato en la inutilidad de la resistencia, y aconsejó
una rendición incondicional al rey caldeo, por o cual
fue castigado por el rey judío, Sedequías.
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- En Caldea, Ezequiel también anunciaba la caída
de la ciudad. Cuando vino el mensajero (el "escapado"
de 24:26) co la noticia de que la ciudad habías caído,
fue vindicado Ezequiel como profeta.
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- - La idea de la responsabilidad individual.
- Una de las doctrinas más importantes del profeta Ezequiel,
que él anunció (casi por primera vez entre los
profetas de Israel) es la de la responsabilidad individual. Los
profetas anteriores, Isaías, jeremías, Miqueas
y otros, se habían interesado por la salvación
nacional , y habían propagado esta doctrina, es decir,
la relación entre la nación y Jehová. Los
derechos y las obligaciones del individuo dentro de la vida civil
y económica del pueblo eran, desde luego, especificadas
en detalle, pero el énfasis mayor fue sobre la relación
entre el estado y Dios.
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- Ezequiel, sin descuidar el elemento teocrático (cap.16,
por ejemplo), se interesó mucho más en la doctrina
de la responsabilidad individual. En este aspecto, el profeta
Ezequiel fue el más evangélico de todos los profetas
del Antiguo Testamento, así como Isaías fue el
más evangélico en la claridad y perspicacia con
la cual vio y anunció los sufrimientos del Mesías.
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- Razón para la prominencia de la idea de la
responsabilidad individual.
- La razón para la prominencia de la responsabilidad
individual en la Profecía de Ezequiel se afirma en que
Ezequiel vivía en una época de una nacionalismo
moribundo (porque estaba por caer la nación hebrea). Es
muy natural, en esa época cuando la vida nacional decaía,
cuando los ejércitos del enemigo se estaban aproximando
a los muros de la ciudad capital, cuando la unidad de la sociedad
judía se desintegraba, que el profeta empezara a pensar
en la responsabilidad individual. Dejando de existir la nación,
deja de figurar su responsabilidad delante de Dios, y queda en[ie
la responsabilidad de aquellos individuos esparcidos que antes
habían compuesto la nacióñ.
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- Puesto que el profeta vivía alejado e los asuntos
de gobierno, desterrado, en relación solamente con un
pequeño grupo del pueblo, que también era cautivo
y avasallado, sin ninguna autonomía en los asuntos civiles,
disminuía el interés del profeta en la vida nacional,
y aumentaba el interés en los individuos.
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- Ezequiel era el pastor de la gente entre la cual desempeñaba
su ministerio, y sentía la obligación de ministrar
entre ellos, y de ahí otra razón para su interés
en el individuo.
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- B Dos aspectos de la idea de la responsabilidad individual.
- La responsabilidad individual, como la enseñó
Ezequiel tenía dos aspectos: La responsabilidad con respecto
a la propia alma (18:2,4,20); la responsabilidad con respecto
al alma del prójimo (3:18-21;33:7,8).
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- 1. Responsabilidad con respecto a la propia alma.
- El primer aspecto de la doctrina de Ezequiel acerca de la
responsabilidad individual, es el de la responsabilidad para
con la propia alma. Léase especialmente el cap. 18. En
los primeros versículos, el profeta ataca la idea de que
los hijos tienen que sufrir por los pecados de los padres, concepto
bien arraigado en los corazones del pueblo, condensado en el
refrán: "Los padres comieron el agraz, y los dientes
de los hijos tienen la dentera" (18:2). En contra de este
falso concepto popular, el profeta anuncia el nuevo principio
que también era viejo: "El alma que pecare, esa morirá"
(18:4,20).
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- 2. Responsabilidad con respecto al alma del prójimo.
- El segundo aspecto es la responsabilidad para con el alma
del prójimo. En Ezeq.3:18-21, tenemos vívidamente
anunciada la responsabilidad del profeta acerca de las almas
del rebaño. Al comenzar la primera división de
su libro, pues, y también al comenzar la tercera división
general (33-48), se da énfasis a la idea de la responsabilidad
del profeta para con las almas del pueblo. Tanto en el cap. 3
como en el 33, tenemos casi las mismas palabras. En 3:17,18,
se dice"Hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya a la
casa de Israel: oirás pues ú la palabra de mi boca,
y amonestarlos has de mi parte. Cuando yo dijere al impío:
De cierto morirás, y tú no le amonestares, ni le
hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino,
a fin de que viva, el impío morirá por su maldad,
mas su sangre demandaré de tu mano..." En 33:7,8,
tenemos casi las mismas palabras.
Atras