VIOLACIONES AL MATRIMONIO
 
El corazón de Dios estableció el matrimonio como una santa relación entre un solo hombre y una sola mujer, se corrompió muy pronto, cuando los hombres comenzaron a tomar dos esposas o mas Gn. 4:19). Los matrimonios con personas extranjeras y la adopción de costumbres paganas hicieron más complejo aun el problema.
 
Las escrituras relatan que Abraham siguió la costumbre pagana de engendrar con una esclava un hijo para que fuera su heredero porque su esposa era estéril. Fue la misma Sara quien le suplicó "Te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abraham el ruego de Saraí" (Gn. 16:2). Poco después la esclava Agar le dio un hijo a Abraham. Más tarde Sara también dic a luz un hijo.
 
Jacob, hijo de Isaac fue otro patriarca hebreo que siguió las costumbres matrimoniales paganas. Tomó dos esposas, porque su tío lo había hecho casarse por medio de engaños con una mujer que no era la que él quería (Gn. 29:21-30). Cuando Raquel vio que era estéril, le dio su sierva a Jacob y le dijo: "Yo también tendré hijos de ella" (Gn.30:3-6). Lea se puso celosa y le dic su propia sierva a Jacob para que tuviera mas hijos en nombre de ella (Gn. 30:9-13). Es decir que Jacob tuvo dos esposas y dos concubinas; sin embargo, a todos sus hijos los reconoció por igual como herederos del pacto (Gn.46:8-27;49).
 
A partir del rey David la situación empeoró, los reyes de Israel se complacieron en el lujo de tener muchas esposas y concubinas, aunque Dios les había mandado específicamente que no lo hicieran (Deut. 17:17). Esta práctica les concedía cierta categoría social y los capacitaba para hacer diversas alianzas políticas (2S. 3:2-5;5:13-16; 12:7-10; 1R. 3:1; 11:1-4).
 
David cayó en adulterio con Betsabé, y luego cometió asesinato a fin de casarse con ella. La pena de muerte era el castigo señalado para este pecado (Lv.20:10); Deut. 22:22). No obstante Dios, en vez de quitarle la vida a David, decretó que el hijo de su pecado debía morir, y que se levantaría lucha contra él en su propia casa (2 S. 12:1-23).
 
También Salomón fue castigado por desobedecer los mandatos de Dios en relación con el matrimonio. Sus numerosas mujeres extranjeras lo arrastraron a la idolatría (1 R.11:4,5).
 
La ley mosaica protegía a las esposas y a las concubinas del polígamo, pero nunca fue aprobaba tal práctica, la ley les concedía una categoría secundaria a las concubinas y a sus hijos, para proteger a estas inocentes víctimas de la concupiscencia desenfrenada (Ex.21:7-11; Deut.21:10-17). Debemos considerar el hecho de que la Ley permitiera estas prácticas, a la luz del comentario hecho por Jesús acerca del divorcio "Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así" (Mt.19:8).
 
Malaquías habló contra el abuso y el abandono que tenía que sufrir una esposa cuando su esposo se iba con mujeres paganas y se divorciaba de ella. El convenio matrimonial llamaba a dar "descendencia para Dios", pero la infidelidad del hombre lo arrastraba a ignorar sus responsabilidades para con ella (Mal.2:11, 14-16).
 
La ley mosaica no permitía que los israelitas se casaran con mujeres extranjeras (Deut. 7:13), porque adoraban a otros dioses. Cuando los israelitas regresaron de la cautividad, se les recordó que casarse con mujeres era contrario a al Ley de Dios. Esdras y Nehemías hablaron muchas veces sobre este asunto (Esdras 10; Nehemías 10:30; 13:23-28). Nehemías reprendió a su generación, diciéndole: "No pecó por esto Salomón, rey de Israel? ... Aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras" (Nehemías 13:26 compare con 1Reyes 11;4,5). Esdras exigió que todo hombre que tuviera esposa extranjera terminara con aquella relación. Los que se negaron a hacer esto fueron excluidos de la congregación y perdieron sus propiedades (Esdras 10:8).
 
Un elemento clave en la relación matrimonial que Dios tenía en mente era la monogamia: un solo hombre con una sola mujer. Sin embargo, a causa de la degradación de las pasiones humanas, la ley de Dios tuvo que prohibir específicamente ciertos pecados sexuales (Levítico 18:1-30; 20:10-24; Deuteronómio 27: 20-23).
 
Aun así, algunos hombres acudían desvergonzadamente a las rameras (Génesis 38:15-23; Jueces 16:11). El libro de los proverbios hace numerosas advertencias contra las mujeres disolutas y malvadas que andaban atrapando a los jóvenes por las calles (Proverbios 2:16-19; 5:1-23; 6:20-35). La prostitución sagrada del culto cananeo, aun siendo un grave abuso, se practicó ocasionalmente en Israel (1 Samuel 2:22-25; 1 reyes 15:12; 2 reyes 23:7; Oseas 4:13,14; compare con Deuteronómio 23:7).
 
Varias listas de pecados comienzan con la inmoralidad sexual (Marcos 7:21; Romanos 1:24-27; 1Corintios 6:9; Gálatas 5:19; Efesios 5:5). Todo pecado sexual, era una burla a la imagen de Dios que hay en el hombre. Dios advertía que destruiría a cualquier sociedad que permitiera que tal pecado continuara (Levítico 18:24-29).
 
COMO SE ENTENDIA EL DIVORCIO
 
Los eruditos bíblicos no están de acuerdo sobre la forma en que Jesús y Pablo interpretan la Ley mosaica en cuanto al divorcio. Sin embargo, las normas del Antiguo Testamento son muy claras.
 
A. LA LEY MOSAICA.
La Ley de Moisés permitía que el hombre se divorciara de su mujer cuando ella no le agradara "por haber hallado en ella alguna cosa indecente" (Deuteronómio 24:1).
El interés principal de esta ley era impedir que él la volviera a tomar después de que ella se hubiere casado con otro hombre; esto hubiera sido "abominación delante de Jehová" (Deuteronómio 24:4).
Lo que se pretendía esta ley era que impidiera el divorcio, en vez de estimularlo.
Exigía que se hiciera una "carta de divorcio", documento público que le garantizaba a la mujer el derecho de volverse a casar sin condena civil o religiosa.
El divorcio no podía realizarse en privado.
La razón aceptable para conceder el divorcio era "alguna cosa indecente". cada una de estas "cosas indecentes" o impurazas tenía su propio castigo. Por ejemplo, el adulterio acarreaba la pena de muerte por lapidación.
Si un hombre creía que su esposa no era virgen al casarse con ella, podía llevarla ante los ancianos de la ciudad. Si ellos la declaraban culpable, el castigo que le correspondía era la muerte (Deuteronómio 33:13-21).
Sin embargo si la acusación del hombre contra su mujer era falsa, él era sometido a castigo y se le exigía que pagara al padre de ella el doble de la dote acostumbrada.
Cuando un hombre sospechaba que su esposa había cometido adulterio, la llevaba ante el sacerdote, quien le sometía a un procedimiento llamado "ley de los celos". Este era un tipo de "juicio de Dios" utilizado en las culturas antiguas del Medio Oriente. A la mujer se le hacía beber aguas amargas. Si ella era inocente, las aguas no la afectaban. Si era culpable, se enfermaba. En ese caso, la mataban mediante apedreamiento, por se adúltera (Números 5:11-31).
Aunque la Ley de Moisés permitía que el hombre se divorciara de su esposa, a ella no se le permitía divorciarse por ningún motivo. Es probable que muchas huyeran de las circusntancias desagradables sin carta de divorcio (Jueces 19:2).
Legalmente, la esposa estaba atada a su esposo mientras los dos vivieran o hasta que él se divorciara de ella. Si a la esposa se le daba carta de divorcio podía volverse a casar con cualquier hombre menos con un sacerdote (Levítico 21:7,14; Ezequiel 44:22).
Sin embargo, al volverse a casar quedaba contaminada con respecto su primer marido. Es decir, éste no podía volverse a casar con ella, porque desde el punto de vista material, había cometido adulterio contra él. (Mateo 5:32).
A PESAR DE LAS DISPOSICIONES QUE PERMITIAN EL DIVORCIO, DIOS NO LO APROBABA. "PORQUE JEHOVÁ DIOS DE ISRAEL HA DICHO QUE EL ABORRECE EL REPUDIO" (Malaquías 2:16). LO LLAMA "INIQUIDAD" Y "DESLEALTAD" Malaquías 2:15).
 

 

B. LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS.
 
En la época de Jesús había mucha confusión en cuanto a los motivos que autorizaban el divorcio. Los rabinos no podían ponerse de acuerdo en cuanto a qué era lo "indecente" de que hablaba Deuteronómio 24:1. Había dos opiniones:
Los que seguían al Rabí Shammani pensaban que el adulterio era el único motivo válido de divorcio.
Los que seguían al Rabí Hillel aceptaban una serie de razones de divorcio como válidas. Entre ellas había hasta cosas como el no saber cocinar bien.
 
Los Evangelios recogen cuatro declaraciones de Jesús con respecto al divorcio. En dos de ellas, permite el divorcio en respuesta al adulterio:
En Mateo 5:32 habla de la posición en que quedan, tanto la mujer como su nuevo esposo: "Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio."
En otra ocasión, habló acerca de la posición del hombre que se divorcia de su mujer: "Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra adultera." (Mateo 19:9).
 
Estas dos declaraciones parecen permitir el divorcio motivado por la infidelidad.
 
Sin embargo, en otros dos textos, parece que Jesús no aprueba motivo alguno de divorcio:
 
En Marcos 10:11,12, afirma: "Cualquiera que repudia a su mujer, y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio."
En Lucas 16:18, hace una declaración similar: "Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera."
Cómo armonizan entre sí las declaraciones de Jesús en que permite el divorcio por causa de infidelidad, y aquella en que parece que lo prohibe por completo?
 
La primera clave se halla en las conversaciones de Jesús con los fariseos (Marcos 10:5-9; Lucas 16:18), en las cuales aclara que EL DIVORCIO ES ALGO CONTRARIO AL PLAN DE DIOS RESPECTO AL MATRIMONIO. AUNQUE LA LEY DE MOISÉS PERMITIÓ EL DIVORCIO, SÓLO SE TRATABA DE UNA CONCESIÓN PROVISIONAL HECHA A DISGUSTO. JESÚS HACE MÁS DURA ESTA LEY AL DECLARAR QUE, AUNQUE LOS QUE SE DIVORCIAN NO HAYAN SIDO SEXUALMENTE INFIELES, COMETEN ADULTERIO DELANTE DE DIOS SI SE CASAN DE NUEVO CON OTRAS PERSONAS.
 
Notemos que estas declaraciones de Jesús aparecen en con conversaciones que tuvo con los FARISEOS en relación con la LEY MOSAICA. ELLOS CREÍAN QUE ÉSTA APROBABA EL DIVORCIO POR CAUSAS AJENAS AL ADULTERIO (Deuteronómio 24:1-4).
EL PUNTO PRINCIPAL SOSTENIDO POR JESÚS ES QUE DIVORCIO NUNCA DEBE SER CONSIDERADO COMO ALGO BUENO, NI DEBE TOMARSE A LA LIGERA. ASÍ EN LA DECLARACIÓN QUE SE CITA EN LUCAS 16:18, NI SIQUIERA MENCIONA EL TEMA DEL ADULTERIO. (Al parecer, Marcos 10:5-9 sólo recoge las palabras de Jesús Relacionadas con el tema principal de la conversación).
 
En los dos pasajes de Mateo (uno de los cuales es un relato más completo de lo que aparece en Marcos 10), Jesús permite el divorcio sólo por una razón: la inmoralidad, es decir, la relación sexual ilícita. Lo que sostiene es que la persona disuelve su matrimonio al crear una unión sexual con alguien que no es cónyuge legítimo. En ese caso, el decreto de divorcio simplemente se limita a reflejar el hecho de que EL MATRIMONIO YA HA SIDO QUEBRANTADO. El hombre que se divorcia de su mujer por esta causa, no "hace que ella adultere", pues ella ya ha adulterado. El divorcio por faltas contra la castidad libera por lo general al cónyuge inocente para que se vuelva a casar sin incurrir en adulterio (Mateo 19:9), aunque hay quienes discutan esto.
 
Jesús permitió el divorcio por causa del adulterio, pero no lo exigió. Todo lo contrario: insistió en que el divorcio destruye el plan de Dios con respecto al matrimonio, y abrió la puerta para el arrepentimiento, el perdón y la sanidad de un matrimonio infiel, tal como lo hizo también en los casos de otras relaciones atormentadas por el pecado. El método de Jesús para resolver los problemas del matrimonio es la reconciliación.
 
Dios había presentado éste método de reconciliación y perdón al enviar a Oseas a casarse con una ramera, y decirle después que la rescatara, luego de que ella se vendiera a sí misma a otro hombre. Es la misma forma en que Dios perdonó a Israel. Cuando el pueblo israelita se dedicó a adorar ídolos, lo envió a cautividad, pero lo redimió y lo volvió a llevar hacia sí (Jeremías 3:1-14; compare con Isaías 54).
 

 

LAS ENSEÑANZAS DE PABLO.
En 1Corintios 7:15, Pablo dice que el cristiano cuyo cónyuge ha desertado del matrimonio, debe quedar libre para formalizar el divorcio: "Si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso." Sin embargo, Pablo anima al creyente a continuar unido en matrimonio, con la esperanza de que el cónyuge incrédulo llegue a ser salvo y los hijos no sufran. ES EVIDENTE DE QUE PABLO ESTÁ PENSANDO EN PERSONAS QUE SE HABÍAN CASADO ANTES DE CONVERTIRSE, puesto que les dice a los creyentes que no se casen nunca con incrédulos (1 Corintios 7:39; 2 Corintios 6:14-18). Notemos que esta situación es muy diferente a la que mencionó Jesús en el episodio que se narra en Mateo 19 y en Marcos 10. El les estaba hablando a los maestros de la Ley, mientras que Pablo les hablaba a cristianos, muchos de los cuales eran gentiles y nunca habían vivido bajo la Ley de Moisés. Los lectores de Pablo habían cambiado su estilo de vida después de haberse casado, y estaban tratando de influir en sus cónyuges y en el de sus hijos. Por estas razones, y por el hecho de que el plan de Dios es la monogamia, los matrimonios debían mantenerse unidos.
 
Pablo estaba tratando de impedir los divorcios, a pesar de que era algo indudablemente común en la cultura grecorromana de la pagana Corinto. Al hacerlo, estaba demostrando que era un vocero verdadero y leal de la Ley.
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