EL TRONO DE DIOS
 
Los actos de Dios provienen de Su Trono, y Su Trono está establecido sobre Su autoridad. Todas las cosas son creadas por la autoridad de Dios. Todas las leyes físicas del universo están sostenidas por Su Autoridad.
Por eso la Biblia dice, "quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder" esto significa sustentar por la palabra de su autoridad.
La Autoridad de Dios representa a Dios mismo mientras que su poder sólo significan sus actos.
El pecado contra el poder es más fácil perdonar que, pecado contra la autoridad. El pecado contra la autoridad es pecado contra Dios mismo.
Solo Dios es la Autoridad absoluta en todas las cosas.
Todas las autoridades de la tierra son instituidas por Dios. La autoridad es algo muy tremendo en el universo. No hay nada más importante. Por lo tanto para servir a Dios debemos conocer su autoridad.
 
EL ORIGEN DE SATANAS
El arcángel Lucifer se convirtió en Satanás cuando intentó sobrepasar la autoridad de Dios. Quiso competir con Dios.
El ser rebelde a la Autoridad de Dios es mucho mas serio que ofender su Santidad.
El pecado es más fácil perdonar porque es asunto de conducta, mientras que la rebelión es un asunto de principios.
El intento de Satanás de poner su trono sobre el trono de Dios fue la que violó la autoridad de Dios, fue el principio de auto-exaltación.
El acto de pecar no fue la causa de la caída de Satanás. Este acto sólo era el resultado de su rebelión contra la autoridad. Era la rebelión que fue condenada por Dios.
Al servir a Dios, no debemos rebelarnos contra las autoridades, porque el hacerlo es un principio de Satanás. Cómo podemos predicar a Cristo pero con el principio de Satanás?
En posible en nuestro trabajo de pararnos con Cristo en doctrina y a la vez pararnos con Satanás en principios.
Por favor hay notar que Satanás no tiene tanto temor de que prediquemos la palabra de Cristo; lo que él teme más es que estemos sujetos a la Autoridad de Cristo.

Toda la autoridad y gloria del reino pertenece a Dios y a Dios solo. Lo que nos libra totalmente de Satanás es ver esta verdad --que el reino es de Dios. Siendo que todo el universo está bajo el dominio de Dios, debemos sujetarnos nosotros a su Autoridad. Nadie debe robar la gloria de Dios.
Predicamos el evangelio con el fin de traer a los hombres bajo la autoridad de Dios. Pero cómo podemos nosotros establecer la autoridad de Dios sobre la tierra si nosotros no nos hemos sujetado a la Autoridad de Dios? Cómo es posible tratar con Satanás sin estar sujetos a la autoridad de Dios?
 
AUTORIDAD, LA CONTROVERSIA DEL UNIVERSO
La controversia del universo está centrada en quién tendrá la autoridad y; nuestro conflicto con Satanás es el resultado directo de reconocer la "Autoridad de Dios".
Para mantener la autoridad de Dios, debemos sujetarnos a ella con todo nuestro corazón.
Para sujetarnos será absolutamente necesario reconocer la Autoridad de Dios y tener un conocimiento básico de lo que es.
Antes de que Pablo pudiera conocer autoridad, el procuraba destruir la iglesia. Después que El se encontró con la autoridad de Cristo, él se cayó ante Jesús y después él no tuvo problemas para recibir las instrucciones de Ananias--un desconocido.
Esto nos muestra que cualquiera que haya encontrado la autoridad, trata puramente con la autoridad y no con el hombre.
Dejemos de ver al hombre, y vemos pero sólo la autoridad puesta en él. No obedecemos a los hombres, pero si a la autoridad de Dios en ellos. De otra manera, cómo podemos aprender qué es autoridad?
Estamos equivocados de camino si obedecemos al hombre antes que obedecer la autoridad. Lo opuesto es el camino correcto. Entonces no nos importe quién es el hombre.
Dios ha propuesto manifestar su autoridad al mundo por medio de la iglesia. La autoridad de Dios puede ser vista en la coordinación de los varios miembros del cuerpo de Cristo.
Dios ocupa su poder máximo para mantener su autoridad y por esto la cosa más peligrosa es el violar su autoridad.
Los que se rebelan contra la autoridad pagarán un precio por su rebeldía.
 
OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS -- LA DEMANDA MAS GRANDE DE LA BIBLIA.
Lo que Dios demanda sobre todo hombre, no es el llevar la cruz, servir a otros, dar ofrendas, ayunar, orar o negarse a si mismo. Su demanda número uno es la obediencia.

Dios ordenó a Saúl atacar a Amalec y destruirlos totalmente (1 Sam.15). Sin embargo Saúl salvó al rey Agag junto con lo mejor de las ovejas, bueyes y otros. El se rehusó a destruir todo, tal como Dios se lo mandó.
Samuel le dijo: "ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros".
Aún en el sacrificio, puede haber el elemento de rebeldía. Solo la obediencia honra a Dios absolutamente, porque sólo la obediencia toma la voluntad de Dios como su centro máximo.
La autoridad sola es expresada cuando hay sujeción hacia la autoridad. Si va a haber sujeción, el "yo" tiene que estar excluido. Tenemos que olvidar lo que quiere el "yo". Pero cuando uno vive en la carne, la sujeción no es posible ya que esto sólo es posible cuando uno vive en el Espíritu. Es la expresión más alta de la volunta de Dios.
 
LA ORACIÓN DE NUESTRO SEÑOR EN GETSEMANI
Algunos piensan que la oración de nuestro Señor en Getsemaní, cuando cayo su sudor como grandes gotas de sangre, eran a causa de la debilidad de la carne, el temor de tomar la copa. Su oración se centraba en conocer la voluntad de Dios. El oró, "que no sea hecha mi voluntad sino la tuya"; la voluntad de Dios es absoluta; la cruz.
Antes de conocer la voluntad de Dios, la copa y la voluntad de Dios eran dos cosas separadas. Después que El sabía que era de Dios, la copa y la voluntad de Dios llegaron a ser uno.
La voluntad representa la autoridad. Entonces para conocer la voluntad de Dios y obedecerla hay que estar sujetos a la autoridad de Dios. Debemos orar y saber la voluntad de Dios y hacerla.
Una vez que Jesús supo que la cruz era la voluntad de Dios, El se levantó y dijo: "vamos".
Dios no nos llama a escoger el sacrificio o auto negación para servirle. Mas estamos llamados a cumplir el propósito de Dios de hacer su voluntad. El principio básico no es el de escoger la cruz, pero si el obedecer la voluntad de Dios.
Hacer la obra de Dios en rebelión es dar la gloria a Satanás. El volcar la autoridad de Dios es rechazar a Dios. Por esto dice la escritura que "La rebelión es como el pecado de adivinación y como ídolos e idolatría la obstinación. (I Sa. 15:23)
Antes de trabajar para Dios, debemos estar sujetos a su autoridad. Nuestra relación entera con Dios esta regulada por el hecho de habernos encontrado o no con su autoridad.
Si hemos encontrado su autoridad, vamos a reconocer su autoridad en todas partes y ser restringidos por Dios para ser usados por El.
Es sólo cuando trabajemos obedientes a la autoridad, podremos trabajar en obediencia a la voluntad de Dios.
En Mt. 7:21-23 encontramos a nuestro Señor reprendiendo a los que profetizan y echan fuera demonios y que hacen muchas cosas en su Nombre.
¿Por qué son desaprobados? ... Porque ellos se hacen así mismos como el punto de atención. Ellos hacen las cosas en el Nombre del Señor, pero no en obediencia a El. Es una actividad de la carne.
El enfatiza que sólo los que hacen la voluntad del Padre entrarán en el Reino de Dios.
Una vez que comprendes esto podremos verdaderamente experimentar la realidad de la autoridad del Reino de los cielos.
Hay dos cosas importantes en el universo: Confiar en la salvación de Dios y obedecer su autoridad; Confiar y obedecer.
El pecar es un asunto de conducta pero la rebelión es un asunto de corazón y actitud personal.
Estos son dos principios en el universo, el principio de la autoridad de Dios y el principio de la rebelión, que es y tener un espíritu rebelde.
Satanás se ríe cuando una persona rebelde predica la Palabra, porque en aquella persona mora el principio satánico. El principio de servicio debe ser la base de la autoridad.
¿Obedecemos la autoridad de Dios o no? ¿Cumplimos su voluntad o no?
El que no obedece, y se rebela, rechaza a Dios y no está con el reino de Dios. El principio de la rebelión contra la autoridad es el principio de Satanás.
 
Atras