- EL CUARTO EVANGELIO
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- El cuarto evangelio presenta a los primeros discípulos
de Jesús como seguidores de Juan el
Bautista. Los títulos de Jesús confesados en el
capítulo 1 no son distintos de los que podemos
encontrar entre los demás creyentes (más bien son
comunes a los de los otros escritos
evangélicos): Mesías, Maestro, Hijo de Dios, Cordero
de Dios (víctima expiatoria). Con todo,
estos títulos son considerados por el evangelista como
inadecuados. Todo esto ya nos dice algo
respecto a los orígenes. La comunidad (llamémosla
joánica) comenzó entre los judíos seguidores
del Bautista, que se acercaron a Jesús y que le reconocieron
sin mucha dificultad como el Mesías
que esperaban.
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- El evangelio habría asimilado el sustrato que procedía
de los orígenes de la comunidad porque
estaba de acuerdo con él, pero las nuevas ideas joánicas
serían entendidas como la verdadera
interpretación de este sustrato original. La comunidad
asigna gran importancia al Parácleto, al
Espíritu de la verdad, que los guía a la verdad
completa, permitiendo comprender las muchas cosas
que Jesús tenía para decir y que sus discípulos
entonces no podían comprender (Jn 16:12-13). El
Espíritu de la verdad completa en los creyentes la revelación
del misterio de la persona de
Jesús.
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- El vínculo entre los seguidores del Bautista y la
comunidad posterior pudo ser el discípulo
amado. Si bien éste fue evidentemente idealizado por la
comunidad como un modelo del verdadero
discípulo, no es simplemente una figura ejemplar, sino
que es una persona histórica y un
compañero de Jesús. Su posición de privilegio
respecto de Pedro confirma
esto: si el discípulo amado fuera solo una figura imaginaria,
esa presentación sería
contraproducente para la defensa de la comunidad frente a las
otras comunidades que fundamentan
su tradición en la enseñanza de alguno de los apóstoles
testigos de Jesús. La comunidad es
conciente de su enraizamiento en la tradición de algún
testigo ocular.
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- Durante su vida el discípulo amado habría vivido
el mismo crecimiento en la comprensión de Jesús
que ahora vive su comunidad, y fue ese crecimiento lo que hizo
posible para la comunidad el
identificarlo como uno al que Jesús amaba de una manera
especial. Este discípulo podría ser un
antiguo discípulo de Juan el Bautista, que comenzó
a seguir a Jesús en Judea cuando el mismo
Jesús se hallaba en estrecha proximidad con el Bautista
(1:35). Compartió la vida de su maestro
durante la última estancia de Jesús en Jerusalén
(13:22). Era conocido del sumo sacerdote (18:16)
y su relación con Jesús era diferente de la del
resto.
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- Aunque en los capítulos 2 y 3 del cuarto evangelio
se insiste en la necesidad de conocer a Jesús
mejor de lo que podrían garantizar las apariencias superficiales
de sus acciones, el tema de los
mismos es muy similar al presentado por los otros evangelios.
Recién el capítulo 4 aparecen las
diferencias. Jesús pasa por Samaría y convence
a todo un pueblo de samaritanos para que crean que
él es el salvador del mundo. A partir de aquí comienza
una presentación de Jesús sumamente
elevada, pero también un conflicto agudo con los judíos.
Esto hace suponer la entrada en la
comunidad de otro grupo, que aportó nuevas ideas y permitió
un desarrollo más profundo de la
presentación de Jesús.
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- En 4:35-38 Jesús reconcilia ambos grupos, que aparecen
sin hostilidad entre ellos. Estos
samaritanos habrían sido convertidos no por el primer
grupo: yo los he enviado a segar donde
ustedes no se han fatigado; otros se fatigaron y ustedes aprovechan
su fatiga. Un segundo grupo
de judíos de concepciones anti-templo habrían sido
los artífices de la conversión. La afirmación
de Jesús a la samaritana de que llega la hora en que,
ni en este monte, ni en Jerusalén adorarán
al Padre (4:21), es muy semejante a la predicación del
helenista Esteban ante el sanedrín: el
Altísimo no habita en casas hechas por manos de hombre
(Hch. 7:48). Y Hch. 8:4-8 refiere que
Felipe, uno de los helenistas dispersados de Jerusalén
después de la muerte de Esteban, llegó a
Samaría y convirtió a muchos.
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- Si los que se sumaron al grupo original son los helenistas
que predicaron en Samaría, tal vez
habrían aceptado algunos elementos del pensamiento samaritano,
incluyendo un mesianismo
diferente, no centrado en un Mesías davídico. Así
resulta una concepción de Jesús, ya no como
Mesías de Israel, sino como Salvador del mundo.
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- Estos nuevos elementos son los que hicieron odiosos a los
creyentes de la comunidad ante los ojos
de los judíos más tradicionales. El estilo hostil
del evangelista al hablar de los judíos, sin
duda no proviene de los samaritanos, en cuyos labios era algo
natural. La comunidad habría
utilizado el término para designar a las autoridades judías
de la época de Jesús, pero también
para hablar de los hostiles partidarios de la sinagoga de su
tiempo. Herederos de aquel grupo,
los judíos tradicionales expulsaron a los creyentes joánicos
y los expusieron a la muerte. La
batalla entre estos dos grupos fue, ante todo, una batalla
cristológica.
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- Los recién venidos a la comunidad joánica trajeron
consigo nuevas categorías para interpretar a
Jesús, y lanzaron a la comunidad hacia una teología
de arriba hacia abajo y a una teología de la
pre-existencia. El título Salvador del mundo es un indicio
de esto. Pero más significativo puede
ser el título Mesías que tenía que venir,
en boca de los samaritanos. En efecto, los samaritanos
no esperaban al descendiente de David, sino más bien al
Taheb, maestro y revelador (4:25). A
veces este Taheb era considerado como una figura de Moisés
(que ya había visto a Dios después de
partir de este mundo) que retorna (para revelar al pueblo lo
que Dios había dicho). Para la
comunidad es verdad que Jesús es el rey Ungido de la estirpe
de David, pero esta concepción
resulta inadecuada, es decir, baja. Esta designación,
que es el significado más usual de Mesías,
se convierte en adecuada cuando incluye la noción de que
él es el que descendió desde Dios para
revelarlo a los hombres.
Según la comunidad, Jesús puede hacer esto porque
es uno con el Padre (10:30).
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- Esta nueva presentación de Jesús trae algunas
consecuencias doctrinales:
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- - Hay una Nueva alianza, que implica una ruptura respecto
de la Antigua. Este enfoque es distinto
del presentado por las otras tradiciones de los creyentes, que
no se habían separado de su pasado
israelita. Ahora, para esta comunidad de judíos no conservadores,
expulsada de las sinagogas por
"los judíos" (tradicionales), el auténtico
Israel consta de aquellos que reciben la revelación de
Jesús (1:13.47).
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- - Para ellos, el culto judío carece de significado
frente a Jesús. Las fiestas tradicionales son
ahora las "fiestas de los judíos" (5:1; 6:4;
7:2). La comunidad ha llegado a ser una nueva
religión separada del judaísmo.
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- - Y dado que, en esta presentación, el Hijo de hombre
esperado ya había venido desde el Padre, la
escatología (el juicio de Dios sobre los hombres) se presenta
como ya realizada, aunque no de
plenamente ni de un modo definitivo.
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- Existe una cierta continuidad entre la fe de los creyentes
primitivos de esta comunidad y aquella
que profundizaron después los nuevos integrantes. Pero
los nuevos puntos de vista se colocan
junto a los antiguos, la presentación alta junto a la
baja, la escatología realizada junto a la
final. El escritor no pensaba dialécticamente, así
que los nuevos puntos de vista, lejos de
oponerse a los primitivos, reinterpretan los antiguos.
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- También existen signos de un componente gentil entre
los receptores del evangelio. Un ejemplo es
el detenimiento para explicar términos hebreos como Mesías
y rabí. La lucha contra los judíos
llevó a la comunidad a insistir en estos elementos comunes
con el judaísmo, para demostrar que
los creyentes eran el verdadero Israel. Desde el momento en que
los judíos estaban ciegos, la
llegada de los gentiles constituyó el plan de Dios para
el cumplimiento y la plenitud.
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- Es probable que esta apertura a los gentiles haya significado
también un cambio geográfico. Jn
7:35 lo sugiere, cuando los judíos se preguntan: ¿A
dónde se irá éste que nosotros no le podamos
encontrar? ¿Se irá a los que viven dispersos entre
los griegos para enseñar a los griegos? La
comunidad pudo haberse desplazado de Palestina a la diáspora
(la tradición señala a Efeso como
cuna de este evangelio). Este contacto aportó posibilidades
universalistas al pensamiento
juánico. Esta apertura estaría implicando, además,
una adaptación del lenguaje, de manera que
pudiera tener una repercusión más amplia.
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- Sin embargo, no sólo los judíos rechazan a
los miembros de la comunidad. Esta amarga experiencia
convence a los creyentes de que el mundo es opuesto a Jesús,
y de que ellos no deben formar parte
de ese mundo que está bajo el poder del maligno.
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- Pero la comunidad no se caracteriza solamente por la oposición
que encuentra en el exterior,
sino, sobre todo, por el amor interno. Su predicación
no es el manifiesto de un grupo cerrado que
expresa una superioridad sobre los de fuera. El objetivo principal
de su diferente predicación es
provocar a la comunidad a entender a Jesús con mayor profundidad
(20:31).
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- Este proceso de transformación y diferenciación
de la comunidad pudo llevar varias décadas. Hacia
el 90 (fecha supuesta de la redacción del evangelio),
la comunidad joánica está bien diferenciada
de otros grupos. Los grupos no creyentes, y adversarios, que
se pueden detectar a través de las
páginas del evangelio son los siguientes:
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- 1. El mundo. Con este término el cuarto evangelio
se refiere a aquellos que rechazan la luz, ya
que los que la aceptan se encuentran en su mayor parte dentro
de la comunidad juánica. El mundo
comprende a todos los paganos que no creen, pero también
a los judíos. Jesús siendo rechazado por
los suyos (1:11) y por el mundo (3:16.19), se convirtió
en un extraño en la tierra (17:5). El
mismo destino de repulsa se reserva inevitablemente a los creyentes
de la comunidad: si el mundo
los odia a ustedes, sepan que antes me ha odiado a mí
(15:18-19).
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- 2 Incluso después de la expulsión de la sinagoga,
los creyentes fueron perseguidos y aún
condenados a muerte por los judíos. En el tiempo en que
fue redactado el evangelio, los creyentes
vivirían igualmente en lugares donde había sinagogas.
La comunidad mantiene todavía una actitud
misionera, pero no orientada ya a este pueblo, sino a los gentiles.
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- 3 Los seguidores de Juan Bautista son otro grupo adversario
de la comunidad. Hay una lista larga
de proposiciones negativas referentes al Bautista, lo cual se
amolda a una presentación de su
ministerio como de alguien que solamente da testimonio de Jesús
y que le revela a Israel
(1:29-34; 5:33). Se puede comprobar que seguidores del Bautista
no lo fueron inmediatamente de
Jesús (Mt 11,2-6). En Hechos hay doce en Efeso (lugar
que la tradición asigna como cuna del
cuarto evangelio) que habían sido bautizados sólo
con el bautismo de Juan. Apolo ya creía en
Jesús, pero los otros necesitaban ser instruidos (19:4).
-
- Pero hay también otros cristianos que se pueden detectar
rivalizando con la comunidad.
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- 4 Los cripto-cristianos. Jn 12:42-43 proporciona la más
clara referencia a un grupo de judíos que
se sentían atraídos por Jesús de forma que
se podía decir que creían en él, pero que
temían
confesar su fe públicamente puesto que podían ser
expulsados de la sinagoga. El ciego de 9:22ss
representa a los que son expulsados al hacer su confesión
de fe. Eso significa que la comunidad
habría mostrado poca tolerancia con los que no hicieron
su difícil elección. A ellos se los
alienta a desgajarse de una vez del pueblo judío.
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- 5 Las comunidades judías de creyentes en Jesús,
pero con fe inadecuada. Serían los judíos que
dejaron las sinagogas (o fueron expulsados), conocidos públicamente
como creyentes. Hacia ellos
la comunidad del evangelio mantuvo una actitud hostil por su
falta de fe. Se trataría del grupo
de Santiago y los que le sucedieron en el gobierno de la comunidad
de Jerusalén. Estos creyentes
se atribuían la protección de Santiago y de los
parientes de Jesús, que insistían en la
importancia de la descendencia de Abraham y que poseían
una presentación muy terrena de la
persona de Jesús.
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- El agua del bautismo es, para este evangelio, un nuevo nacimiento
que da la vida eterna; el comer
la carne y el beber la sangre de Jesús alimenta esa vida.
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- 6 Finalmente están los creyentes de las comunidades
apostólicas: Están representados por Pedro y
otros miembros de los Doce. Probablemente no había ninguna
diferencia étnica entre ellos y los
joánicos: unos y otros eran tanto judíos como gentiles.
Jn 6:60-69 no considera a estos creyentes
como a los del grupo de Santiago; ellos tienen una fe más
adecuada: ¿a quién vamos a ir? Tú sólo
tienes palabras de vida eterna. Y, por la escena de ese texto,
podemos entrever que la actitud
hacia ellos de los creyentes joánicos es fundamentalmente
favorable. También, por la presencia de
ellos en la última cena (13:6). Sin embargo, los creyentes
joánicos, representados por el
discípulo amado, se consideran a sí mismos más
cercanos a Jesús y más perceptivos de su mensaje.
-
- Esta superioridad se halla centrada en su presentación
del misterio de Jesús, debido a la
concepción de la preexistencia de Jesús y de sus
orígenes de arriba. Los creyentes de las
comunidades apostólicas, en cambio, conocían a
un Jesús que es Rey, Señor y Salvador desde el
momento de su nacimiento en Belén. Y aunque lo ven como
Hijo de Dios sin padre humano, no hay
indicios de preexistencia, por ejemplo, en los relatos de la
infancia de Mateo y de Lucas. En
cambio, la falta de interés que muestra Juan por los orígenes
davídicos de Jesús y por su
nacimiento en Belén, como se refleja en los debates con
los judíos (7:41-42), puede constituir
una corrección del tipo de cristología que encontramos
en Mateo y en Lucas, una cristología que
pone demasiado énfasis (a los ojos de Juan) en una cuestión
que interesa a los judíos. De una
manera similar, la exaltación por parte de Jn de
Jesús en la cruz relativiza la importancia de las apariciones
del Resucitado, y así,
implícitamente corrige una cristología que asocia
la filiación divina con la resurrección (Hechos
2:32.36; 5:31; Rm. 1:4).
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- Pero también puede haberlos separado una eclesiología
distinta en lo referente a la fundación y
la sucesión apostólicas, los oficios de la comunidad
o las prácticas sacramentales. Así, podemos
encontrar algunas peculiaridades propias de la comunidad
joánica que no están presentes en el resto de las
comunidades apostólicas:
-
- - la continuidad con Jesús está dada en Juan,
no por los apóstoles, sino por el discípulo amado
(19:35; 21:24).
-
- - no comparte la insistencia en lo institucional, que en
cambio vemos presente en las demás
comunidades hacia finales del siglo I.
-
- - el punto de interés es la relación individual
con Jesús, como se ve en la alegoría de la vid.
En esto se distingue de la presentación corporativa de
las comunidades de Pablo en 1Cr 12 (el
cuerpo y sus miembros; diversidad de dones). La categoría
del discipulado basado en el amor hace
que en Juan cualquier otra distinción en la comunidad
sea relativamente poco importante.
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- - además, se puede notar la diversa actitud respecto
del tratamiento de la tradición. La función
del Parácleto como iluminador de la enseñanza de
Jesús le da a la comunidad joánica la
tranquilidad de permanecer en la verdad, por más que desatienda
las tradiciones de los Doce.
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- Si bien el rechazo de la alta cristología de la comunidad
por parte de los judíos creyentes (el
grupo de Santiago) fue interpretado como una falta de fe, y llevó
a la ruptura de la comunión con
ellos, con respecto a los creyentes apostólicos hubo una
constante búsqueda de comunión con
esperanza de lograr la unidad. Este deseo lo expresa Jesús
en su oración al Padre en favor de los
suyos: No ruego sólo por éstos, sino también
por aquellos que, por medio de su palabra, creerán
en mí, para que todos sean uno (Jn 17:20-21). Y también
en el discurso del Buen Pastor: También
tengo otras ovejas que no son de este redil; también a
esas las tengo que conducir y escucharán
mi voz; y habrá un solo rebaño y un solo pastor
(Jn 10:16-17).
- Atras