- LA SALIDA DE EGIPTO Y DOCUMENTOS DE LA EPOCA
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- Muchos grupo (clanes, tribus, etc), empujados por el hambre
o la falta de seguridad, habrían migrado a Egipto, a la
región cercana al Delta del Nilo. Una carta encontrada
de un oficial de fronteras hacia el 1200 a.C. da cuenta a su
superior de las órdenes recibidas respecto a las tribus
Shosu, que recorren el país en busca de agua y pastos
para su ganado: Otra satisfacción para mi señor:
nosotros hemos terminado de hacer pasar a las tribus de los Shosu
de Edom por la fortaleza de Marenptah-hotep-her-Maat, Vida, Salud,
Fuerza, que está en Cheku, hasta los estanques de Pitom
de Merenptah-hotep-her-Maat, que están en Cheku, con el
fin de mantenerlos con vida y mantener vivos sus rebaños,
según el placer del faraón, Vida, Salud, Fuerza,
el sol perfecto de todo el país, en el año 8 (Papiro
Anastasi VI). Según este texto, lejos de mostrarse hostiles,
los egipcios intentan proteger a las poblaciones seminómadas
que llegan a sus fronteras.
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- Aparentemente Shosu parecía tener como territorio
habitual el país de Edom, al sur del país cananeo.
Este contexto nos recuerda la situación descrita en Gn
47:1-13, respecto a la inmigración de los hebreos en Egipto
debido al hambre que padecían en Canán.
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- Se menciona también en este texto de la ciudad de
Pitom (nombre de un santuario de la ciudad de Cheku, en el Delta
oriental, en la actual Tell el Maskhutah) permite establecer
alguna relación respecto a la estadía posterior
de los clanes hebreos en el país. En efecto, Pitom es
nombrada también en el relato de Ex 1,11 en relación
a trabajos forzados de construcción de ciudades. Las relaciones
entre los egipcios y los clanes nómades no eran, por tanto,
siempre pacíficas. En los tiempos de Ramsés II
(1290-1224), la mano de obra para las grandes trabajos públicos
la proporcionaba el ejército, los prisioneros de guerra
y los esclavos.
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- Es posible que los rebeldes hapiru de Canaán mencionados
en las cartas de El Amarna, al ser hechos prisioneros por el
ejército egipcio, pasaran a ser en Egipto obreros al servicio
del faraón. El papiro Ley de 348 nos ofrece un testimonio
de unas instrucciones recibidas por el encargado de una obra:
Distribuye raciones a los hombres de la cuadrilla y a los hapiru
(nombre que se les asigno a nómadas patriarcales al estilo
de Abraham) que transportan la piedra para el gran pilono de
Ramsés Mery-Amón.
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- El sometimiento muchas veces era necesario para evitar rebeliones
o alianzas con pueblos invasores. Porque la inmigración
de clanes asiáticos se había dado también
en forma de invasiones que llegaron a someter el país.
Manetón de Sebennitos (siglo III a.C.) escribió
una obra titulada Aegyptiaca, que no se ha conservado, pero la
cita Flavio Josefo en su Contra Apión a propósito
del dominio de unos grupos semíticos en Egipto, llamados
globalmente hiksos: Desde oriente, un pueblo de raza desconocida
tuvo la audacia de invadir nuestro país y, sin dificultades
ni combates, se apoderó de él a la fuerza. Se apoderaron
de los jefes, incendiaron salvajemente las ciudades, arrasaron
los templos de los dioses y trataron a los indígenas con
la mayor crueldad, degollando a unos, llevándose como
esclavos a los niños y a las mujeres de los demás.
Al final, llegaron a hacer rey a uno de los suyos llamado Salitis.
Este príncipe se estableció en Menfis, imponiendo
tributos al país y dejando una guarnición en las
plazas más convenientes. Sobre todo fortificó las
regiones del este, ya que preveía que los asirios, más
poderosos algún día, atacarían el reino
por allí. Como hubiera encontrado en el nomo Setroítes
una ciudad de una posición muy favorable situada en el
brazo Bubástico y llamada Avaris según una antigua
tradición teológica, la reconstruyó y la
fortificó con murallas sólidas... Al conjunto de
esta
nación lo llamaban hiksos, es decir reyes pastores.
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- La dominación de los hiksos se prolóngó
desde 1730 a 1550. Un texto narra el propósito de reconquista
egipcia. El texto se encontró primero en una tablilla
descubierta en Tebas en 1910. La tablilla resultó ser
la copia de un documento histórico, del que en 1932 y
1935 H. Chevrier descubrió dos fragmentos en una estela
erigida en el templo de Karnak y que llevaba una inscripción
del faraón Kamose:
Su Majestad habló en el palacio al Consejo de los Grandes
que están en su séquito: "Yo estoy informado
de lo que es mi poder. Un príncipe está en Avaris,
otro en Kush y yo me siento en asociación con un Aamu
y un Nubio. Cada uno de ellos posee su parte de este Egipto,
repartiendo el país conmigo. Yo no puedo llegar hasta
Menfis, las aguas de Egipto. Mira, él (el jefe hikso)
tiene Shemun y nadie puede establecerse, al ser despojado por
los impuestos de los Setyu. Yo combatiré con él
de manera que pueda abrirle el vientre. Mi deseo es salvar a
Egipto y derrotar a los asiáticos".
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- En 1954 se descubrió una segunda estela del rey Kamose
en la entrada de la gran sala de Karnak. La inscripción
resultó ser la continuación de la primera estela.
El texto comienza de forma abrupta con una réplica de
Kamose a un mensaje de Apofis, rey hikso. El soberano de Tebas
anunciaba, como ya realizada, la toma de Avaris, la capital de
Apofis. Éste debía estar preocupado por la iniciativa
de Kamose y por eso habría enviado un mensajero al rey
de Kush. El mensajero habría sido interceptado, por lo
cual el soberano egipcio pudo conocer el contenido del mensaje:
Yo capturé su mensaje más allá del Oasis,
viajando al sur de Kush, en una carta escrita. Encontré
en ella esto que sigue por escrito de la mano del soberano de
Avaris: "Auserre, hijo de Re, Apofis, saludo a mi hijo el
príncipe de Kush. ¿Por qué te has alzado
como soberano sin hacérmelo saber? ¿Has visto lo
que Egipto ha hecho contra mí? El soberano que está
en el interior, Kamose, el victorioso, dotado de vida, me ataca
en mi territorio, pero yo no le he atacado de la misma manera
que él ha actuado contra ti. El ha elegido los dos países
para acosarlos, mi país y el tuyo, y él los ha
destruido. Ven, navega río abajo, no temas. Mira, él
está aquí junto a mí; nadie te pondrá
obstáculos en este Egipto, pues no le dejaré el
camino libre hasta que tú llegues. Luego repartiremos
las ciudades de Egipto y el país de Nubia se alegrará"
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- Como consecuencia de la captura del mensaje no pudo llevarse
a cabo el plan de Apofis tal como estaba previsto. Pero a pesar
de sus deseos, Kamose no consiguió echar a los hiksos
de Egipto. Fue el faraón Ahmés quien se apoderó
de Avaris y persiguió a los Aamu hasta Asia. Con la toma
de Sharuen (hacia 1550 a.C.) el dominio hikso en Egipto llegó
a su fin.
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- Es posible que entre el conjunto de pastores asiáticos
expulsados de Egipto durante la reconquista se encontraran algunos
clanes hebreos antepasados de Israel. Así se puede explicar
que el libro del Éxodo conserve, junto con el relato de
la huída de los esclavos hebreos, un relato de expulsión
del territorio egipcio.
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- En ambos casos el ejército egipcio persigue a los
hebreos: ya sea para recuperar su mano de obra barata, o para
asegurarse el alejamiento definitivo de los invasores.
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- Los textos bíblicos referidos a la gesta del Éxodo
presentan la salida de Egipto a veces como una expulsión
(Ex 12:31-33), otras como una huída (Ex 10:27-29; 14,5ss).
Ambos relatos pueden justificarse históricamente. Tal
vez los hijos de Jacob, semitas igual que los hiksos, habrían
aprovechado la presencia de ellos para instalarse en Egipto,
y habrían sido igualmente expulsados con ellos. El texto
que narra la expulsión muestra que tomaron la ruta del
norte, bajando luego hacia el oasis de Cadés. Su entrada
a Canaán, por tanto, debió haber sido por el sur
del país.
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- En cambio, otro grupo de semitas se habría aprovechado
para huir un permiso para celebrar la fiesta de primavera en
el desierto. El recorrido mencionado por el texto que relata
una huída es el de la ruta norte hasta el Mar de las Cañas;
allí los alcanza un destacamento egipcio, pero sus carros
se hunden en las arenas movedizas. Una vez a salvo, los semitas
dejan esa ruta peligrosa y se van hacia el sur, rumbo al Sinaí,
territorio desértico donde no existen puestos militares
egipcios.
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- Probablemente distintos clanes salieron en oleadas sucesivas
de Egipto, algunos expulsados y otros huyendo de la esclavitud.
El recuerdo de los distintos éxodos terminaron finalmente
integrados en la memoria del pueblo después que los clanes
se unieron en el país de Canaán.
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- Primitivamente la repetición de esta frase: Nos sacó
YHWH de Egipto (Dt. 26:8), celebraría una acción
silenciosa de Dios en la que algunos fugitivos hebreos fueron
los beneficiarios de la intervención divina. Cuando la
ruina era inminente se dio un cambio de situación, en
la cual los antepasados de Israel quedaron a salvo y el ejército
egipcio pereció desastrosamente. En esta salvación
milagrosa los fugitivos guiados por Moisés reconocieron
la mano poderosa de su Dios, que se mostró más
fuerte que los dioses de Egipto. No fue un logro de ellos salir
con vida, sino una gracia de YHWH.
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- No escaparon ellos de la esclavitud, sino que YHWH los sacó
de Mitzrayim. Más tarde, la federación de clanes
meditará esta experiencia de salvación y la hará
suya. Finalmente convertirá la confesión de fe
en una narración, donde se desarrollarán teológicamente
largas series de palabras pronunciadas por YHWH y por Moisés.
También se desarrollarán los elementos prodigiosos
que todo nosotros conocemos.
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