LA AUTORIDAD EN LA IGLESIA
 
El asunto de la "autoridad" es uno de los temas doctrinales que ha causado mas discusión dentro las iglesias hoy en día. La verdad es que éste es un tema muy práctico pero muchos han llegado a estar desalentados por el mal uso de la autoridad en sus Iglesias. Es necesario que formemos en nuestras mentes un concepto adecuado de este aspecto de la vida de la asamblea de Cristo, para
que se pueda desarrollar el ministerio en una manera adecuada.
Al comparar la manera en que se ejerce la autoridad en la iglesia con lo que el Nuevo Testamento comenta tocante al asunto, vemos muchas veces que hay gran diferencia.
 
LA DEFINICION BASICA DE LA PALABRA "AUTORIDAD".
La palabra griega que se traduce, autoridad" en el español, es "exousia". Esta Palabra proviene del verbo "exestin" que quiere decir:
(a) "ser capaz de hacer algo" y
(b) "el derecho de hacer algo".
 
Cuando es usa la palabra en relación a Dios, se habla de una autoridad que es absoluta (que abarca todo) o inmutable (que no cambia). Vea Lc. 12:5 y Ro.9:21. A la vez Dios puede confiar la autoridad a otras personas en varias maneras (Ap.6:8; 14:18).
La iglesia tiene "autoridad" delegada que ha recibido de Cristo. El le dio las "llaves" del reino. Es en Cristo que ella encuentra "exousia" o libertad (lCor.8:9). Pero esta libertad debe ser usada para el bienestar de otros y no para la satisfacción propia.
 
Entender que Cristo tiene toda autoridad es necesario para comprender el sentido de "autoridad" entre el pueblo de Dios. La autoridad se manifiesta por entregar la vida en sacrificio por otros y por la exhortación con la Palabra de Dios. Cuando se piensa que la autoridad reside en ciertas personas por razón de algún "oficio" que ocupan, entonces se abre el camino a la exaltación de los hombres y la enseñanza de reglas puramente carnales.
 
EJEMPLOS DE AUTORIDAD EN EL N.T.
1. La autoridad reside esencialmente en la persona de Cristo. Toda "exousia", ha sido dada al Hijo por el Padre (Mt. 28:18). El ministerio terrenal de Cristo puede ser resumido en tres puntos:
(1) el ministerio para el propósito de llamar y atraer a sí los discípulos.
(2) un ministerio de señales y prodigios maravillosos.
(3) el ministerio de enseñanza.
 
En cada uno de estos tres ministerios la autoridad juega un papel importante. Para juntar Su pueblo Cristo usó Su autoridad para llamarles, perdonarlos y salvarlos. También la usó para darles dones para servirle a El (Jn.17:2; Mt. 9:6,8; Ef.4:7,11,16). Al hacer milagros, Cristo manifestó su autoridad sobre el diablo, la naturaleza, las enfermedades, etc. (Mt.10:1; 8:27; Mr.1:27; 4:41). Cuando enseñaba, sus palabras tenían autoridad.
 
2. Cristo confía la autoridad a Sus siervos (Mt.10:1; Mr.13:34; Lc.19:17). A la luz de la autoridad absoluta de Cristo, vemos que la autoridad que existe entre Su pueblo no puede residir inherentemente en ninguna persona. La autoridad en la iglesia es una autoridad confiada, delegada o encomendada. Siendo así, la iglesia debe ejercer su autoridad según el ejemplo del que se la confió.
 
Comúnmente los cristianos piensan de la autoridad como perteneciente a un "oficio". ¿Pero dónde nos enseña esto el N.T.? La autoridad en la Iglesia, la habilidad de hacer algo, es establecida cuando el cuerpo reconoce como uno de sus miembros ha funcionado.
 
No podemos encontrar un ejemplo que compruebe que la autoridad descrita en Mateo 8:9 sea la misma que la que los líderes en la iglesia tienen. La verdad es que Cristo se refiere a la manera en que los gobernantes incrédulos ejercen su autoridad para decirnos que no debemos actuar así. (Mt.20:26).
 
3.El tipo de autoridad ejercida en la iglesia es opuesta a la que se emplea en las sociedades inconversas (Mt. 20:25-28; Mr.9:33-35; 10:37-45; Lc.9:48; 22:25; Jn.14:14-15; 18:36; 19:10-11. La autoridad es usada en el reino de Cristo cuando somos siervos, unos de otros, y no cuando somos aun mayordomos.
 
Aunque Cristo nos prohíbe imitar al mundo en cuanto a esta cuestión, muchas iglesias se han conformado a la manera de los gobiernos y corporaciones mundanos.
 
Pablo, en servir a Cristo, tuvo mucho cuidado en no dominar la fe de otros (2Co.1:24; lCo.2:1-5).
Pedro exhorta a los ancianos a no comportarse como teniendo señorío sobre los que están a su cuidado (lP.5:3).
Desgraciadamente el poder asociado con los "oficios" tradicionales en las iglesias protestantes no ha mantenido la obediencia a este mandamiento apostólico.
 
4. La autoridad entre el pueblo de Cristo se expresa en la servidumbre, en buscar el bien y la edificación de los demás (Mt.10:8; 1Co.8:9; 2Co.10:8; 13:10). Tenemos la tendencia a pensar de la autoridad - en términos de un "señorío" y de una persona que tiene la palabra decisiva. Pero en el dominio de Cristo la autoridad se manifiesta cuando uno se pone a los pies de otro (Mt.
9:33-35; 2Co.11:23-33). En verdad Jesús reina en un reino completamente opuesto a los del mundo.
 
5. La influencia en el Pueblo de Cristo no se basa en una autoridad intrínseca (que proviene de dentro), sino en una extrínseca (que viene de afuera). Cristo, es la voz de autoridad en la Iglesia, reina por medio de Su Palabra. Así, todos los miembros de Su cuerpo, incluyendo a los líderes, están sujetos todos a la misma cabeza. La "autoridad" en la Iglesia es "Intrínseca', al que es su Cabeza pero es "extrínseca" a los miembros porque no reside ni proviene de ninguno de
ellos. Desgraciadamente muchos actúan como si la autoridad descansara en ellos, con sus hechos soberbios desplazando a la Cabeza. La sumisión a otros, la de las esposas a sus esposos, de los hijos a sus padres, del rebaño a los superintendentes, es siempre con respecto a la autoridad de Cristo y no en relación a otra.
 
La importancia de esto se puede ver en el matrimonio. Las esposas non mandadas a someterse a sus esposos pero esto no implica que no exista ningún sentido de igualdad entre hombre y mujer. Pablo dice en lCo.7:4, que ni el marido ni la mujer tienen "autoridad" sobre sus cuerpos, sino que el cuerpo de cada quien pertenece al otro. Es por eso que no deben de negar su cuerpo sexualmente a
su pareja, sino por un común acuerdo entre ambos.
 
6. Existen autoridades que llamamos "gobiernos civiles" a las cuales los cristianos debemos someternos. Pero ellos también están bajo el señorío de Cristo, no debemos obedecerlos si nos exigen algo que esté en contra de un mandamiento de nuestro máximo Rey, Jesús (Hch. 5:29; Ro.13:1-3; Ef.1:21; 2:2; 3:10; 6:12; Col.2:10,15; Tito.3:1).
 
El poder de los gobiernos terrenales no es un poder absoluto. Por varias razones algunos han pensado que la "exousia", de los gobiernos mencionados en Romanos 13 es igual al de Dios. Creen que aunque el gobierno nos requiera algo que vaya en contra de los mandamientos claros de las Escrituras, tenemos que obedecerle porque tiene una autoridad absoluta. Pero debemos recordar que hasta Satanás tiene una "exousía" confiada, que obviamente no se encuentra bajo las bendiciones de Dios, pero Dios si la permite (Lc. 4:6; Hch. 26:18; Job.1:12; 2:6).
 
Dios no consagra la autoridad civil. Tal consagración es reservada para la comunidad cristiana, la iglesia. Pero sí da a estos gobiernos un lugar, un papel importante en nuestras vidas.
 
A la luz de los ejemplos del Nuevo Testamento nuestra definición y concepto de la autoridad en la iglesia debe ser reevaluada. La idea tradicional envuelve el concepto de un pastor ocupando un lugar de "honor" sobre los demás. Es un concepto muy mundano y limita el funcionamiento del cuerpo entero. "Exousia", en la asamblea de Cristo se alcanza no por elevarnos sobre los demás sino por ponernos al servicio de ellos.


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